FARO, TURISMO DE MODA EN PORTUGAL

Está a dos horas de Sevilla por carretera, tiene aeropuerto internacional, una estación ferroviaria y un sinfín de posibilidades para pasar unas vacaciones inolvidables. Faro ha pasado de ser una ciudad administrativa a convertirse en un centro neurálgico del turismo, pero del turismo adaptado a las necesidades de hoy. He tenido la suerte, junto a otros compañeros periodistas, de comprobarlo in situ en una visita enmarcada en el Plan de Cooperación Interreg España-Portugal Odyssea Blue Heritage II, organizada por la consultora de comunicación ibérica Ibersponsor (www.ibersponsor.es). La sostenibilidad, la utilización de energías renovables ligadas a su entorno natural, además de su patrimonio, su gastronomía y su interés por la moda y la artesanía, que pronto se verá materializado, hacen de este municipio del Algarve un lugar imperdible.

Fundada por los fenicios en el siglo IV a.C., Faro cuenta en la actualidad con más de 67.000 habitantes, una población universitaria de 10.000 estudiantes y una gran sensación de seguridad por sus calles, que aún la hace más apetecible. La naturaleza es una de sus bazas más relevantes y allá que nos «embarcamos» para recorrer la Ría Formosa. Parque Natural desde 1987, está considerado como una de las siete maravillas naturales de Portugal. Abarca un área de 18.000 hectáreas y está protegido del mar por cinco islas barrera y dos penínsulas. Un lugar ideal para los observadores de aves, ya que aloja unas 20.000 durante el período invernal. En nuestro recorrido pudimos contemplar algunas estilizadas y elegantes garzas reales.

La gran sorpresa de la jornada fue conocer el proyecto de la isla de Culatra basado en la economía circular; es decir, un modelo de producción y consumo que implica aprovechar al máximo los materiales para alargar su ciclo de vida. Lo anuncian en los carteles que reciben al visitante y lo pudimos constatar, por ejemplo, en los curiosos contenedores de redes para alojar las botellas de plástico. Silvia Padinha, empresaria y presidenta de la Asociación de Residentes de Culatra, nos explicó que el 30% de la energía que consumen las 400 familias que viven en la isla es de origen renovable, gracias a la instalación de paneles fotovoltaicos. El objetivo es que los pescadores puedan vivir de su oficio en equilibrio con el ecosistema. Los barcos de pesca son los encargados de llevar a la isla todos los residuos que encuentran en la mar para ser reciclados.

Silvia Padinha también nos habló del cultivo de ostras, que al día siguiente pudimos contemplar en vivo y en directo. Un apreciado y delicioso bivalbo, del que el 90% de su producción se exporta a Francia. Tanto en la isla de Culatra como en la del Farol han proliferado las empresas ligadas a la economía azul; es decir, la que reconoce la importancia de los mares y los océanos como motores de la economía por su gran potencial. En ellas trabajan los pescadores de la Ría Formosa. No hay que olvidar el papel fundamental de la Universidad de Faro en sus investigaciones sobre nuevos alimentos marinos, así como en depuraciones de aguas y residuos. Además de las ostras, en Faro hay excelentes productos autóctonos como almejas, navajas, rodaballos o doradas que han dado justa fama a su apreciada gastronomía. De todos estos manjares dimos cuenta en los restaurantes Tertulia Algarvia, Lodo y Elementos.

Faro es un lugar idóneo para el turismo náutico. Son 19 kilómetros de dunas de arena y 17 de canales navegables. Un treinta por ciento de su territorio es Parque Natural, donde se accede bien en barco particular, con sus respectivos permisos, en «taxis» o a través de empresas dedicadas específicamente a esta labor. Formosamar fue la elegida para nuestro recorrido por la Ría Formosa, el avistamiento de aves y la visita a la isla de Culatra. Con Salty Experiences, creada por dos amigos surfistas, disfrutamos de un paseo por la playa de Faro. En este club se puede practicar kayak, vela, surf y todas las actividades relacionadas con el mar. Uno de sus activos: los niños tienen un trato preferente. O sea, problema resuelto cuando se planifican las vacaciones y siempre queda la duda de qué hacer con los más pequeños.

No nos podemos olvidar del casco antiguo de Faro, Vila-Adentro, rodeado por una muralla. En la plaza Largo da Sé se encuentra la catedral, de origen medieval, cuya construcción se inició en el siglo XIII. A pesar de que el terremoto de Lisboa de 1755 destruyó gran parte de la ciudad, Faro aún conserva muchos vestigios árabes y judíos. Ernesto fue nuestro incansable guía, quien demostró una vez más la hospitalidad portuguesa. Una realidad que pudimos comprobar en nuestro anfitrión: la Cámara Municipal de Faro, representada por Carlos Baia, Daniel Queirós y Nazaré Vieira Dias. Serán ellos los que nos vayan informando sobre la pasarela de moda del Algarve, que pronto empezará a tomar forma. Portugal ha sido uno de los países que más ha avanzado tecnológicamente en este sector. Un sector que no debe desligarse de la artesanía autóctona y Faro está por la labor de no dar puntada sin hilo.