Dior se pasa de la raya

El escritor húngaro Sándor Márai dijo una vez que «el que promete ya está mintiendo; sólo dan algo quienes no dicen nada por adelantado». No creo que sea una frase que case demasiado con las campañas publicitarias. Hay quien podía prometer y decía que prometía, pero esa es otra historia. El objetivo de una campaña publicitaria es vender a toda costa, al menos esa es la creencia popular. Pero hasta para vender hay que ser honrado y procurar no ofrecer humo. Es bien cierto que cuando una ve a una modelo espléndida luciendo lo que se suponen las consecuencias de aplicarse tal o cual crema nunca debe caer en el error, craso error, de querer ser un reflejo de la susodicha si sigue al pie de la letra lo que dice la publicidad. Todo tiene que tener una medida, por parte de la consumidora y por parte de la firma que «vende» el producto. Hay quien se pasa de la raya, sobrevalora las prestaciones de sus ungüentos y entonces les sale al paso la agencia británica de control de publicidad, Advertising Standards Authority (ASA) y, claro, manda parar. Eso es lo que ha ocurrido con el anuncio de la máscara de pestañas «Diorshow New Look», protagonizado por la actriz y musa de Dior Natalie Portman, que ha sido censurado. La ASA ha considerado que se han exagerado los beneficios del producto, mediante retoques que no se ajustan a la realidad y que el efecto de volumen pestaña por pestaña puede confundir al consumidor. Bueno, pues no está mal que haya una agencia que vele por los intereses de los clientes para que no se dejen embaucar por campañas distorsionadas, alejadas de la verdad y  cercanas, más bien, al deseo de asemejarse a la diva que exhibe el producto.