Seguramente que ya hay alguna estadística. Estadística que desconozco, pero seguramente hay quien ya ha hecho el porcentaje de personas que calzan zapatillas de deporte, en lugar de zapatos de material. Y evidentemente, la mayoría es aplastante. Desde niños a mayores, pasando por los jóvenes, que son los que en un principio las adoptaron a su vestuario. Se ha impuesto la comodidad y las hay de todo tipo, hechura, color, más o menos sofisticadas, más o menos confortables. Personalmente me quedo con las españolas Victoria 1985, calzados Victoria. No sólo por ser españolas, que también, sino porque son las que mejor se adaptan a mi pie. Por ahora sólo las uso para trotar por el parque de María Luisa, pero todo se andará.
Es decir, que puedo poner en práctica el «gorpcore» o fusión entre la ropa de calle y la deportiva, sobre todo la enfocada al senderismo. Hoy traigo a telademoda el nuevo modelo de Victoria 1985, el «Wing Tech». Una propuesta unisex para que la usemos en distintos ambientes. Es un modelo multifuncional de nylon «air mesh» ultraligero; o sea, una estructura arquitectónica que utiliza componentes impresos en 3D en acero inoxidable, con tejido termosellado. Además, cuenta con un sistema de agarre con cordones autoajustables, elásticos laterales y suela dentada. El resultado es un híbrido entre una zapatilla de «trecking» (de montaña) y una de «running», de las de correr. Es decir, unas zapatillas de gran calidad en su construcción y con un aire más técnico. La tecnología sigue gobernando nuestras vidas y ayudándonos a conseguir altas cotas de bienestar. En este caso en el calzado.
Victoria 1985 ha apostado fuerte por esta tendencia y aquí sigue, al pie del cañón, con unos orígenes basados en el trabajo y la perseverancia. Vamos, como si sus dueños fueran americanos, pero sin darles el merecido bombo y platillo que se les da en los EE.UU. Las Victoria eran aquellas zapatillas de los veranos de los setenta y ochenta, pero su historia se remonta a mucho tiempo atrás. En 1915, en una pequeña localidad riojana, Gregorio Jiménez tuvo la ocurrencia de crear unas zapatillas a las que bautizó con el nombre de su mujer, Victoria. La marca logró un número de ventas impensable y en 1928 se trasladó a Logroño y amplió sus instalaciones. Después de las vicisitudes inherentes a cualquier empresa, Victoria @victoriashoes exporta en la actualidad a distintos países y ha apostado, como no podía ser de otra manera, por la sostenibilidad.