Un collar de «perlas» interiores

 

Decir La Perla es decir ropa interior de altos vuelos, de esa con la que una va segura sin temor a las incidencias del día y de la noche. Decir La Perla es decir ropa interior para una mujer exigente, con alto poder adquisitivo o para entendernos, con una buena buchaca. Aunque conozco a la mar de mujeres, incluso las que viven de la pluma como yo, que son capaces de los más altos sacrificios con tal  de tener en su armario un buen collar de «perlas» interiores.

 

Catalina de Médicis, que debió ser una mujer bragada, en la acepción de enérgica y firme, llamó a los calzones femeninos bridas para las nalgas. Habían aparecido a imagen y semejanza de los masculinos allá por el siglo XIV. Doscientos años después, se convertiría en pionera en exteriorizar sus asuntos internos. Cuentan las crónicas que sus pantalones íntimos o calzones eran de tal finura, primor y riqueza que parecían concebidos más para ser mostrados que para permanecer ocultos.

Homenaje a los años 20

La misma filosofía que desde su origen aplicó a sus diseños la firma La Perla. Ahora nos sorprende con «The Roaring Collection»,  un homenaje a los locos años 20;  aquellos años tan esperados por un mundo que ansiaba divertirse, vivir y catar todos los placeres, tras el horror de la I Guerra Mundial. Encajes con diseños Art Nouveau, tul bordado cuajado de plumas; detalles con efecto smoking, franjas vaporosas y estampados de animales. El escenario podría ser el de las fiestas al estilo Gran Gatsby, donde aparecían flamantes mujeres fatales, con ese halo de misterio que las hacía más atrayentes. Mujeres de mundo, baqueteadas por la vida y por tanto, expertas en disfrutar de sus autopistas, según el imaginario popular.

 

 

Sofisticación a raudales para crear ese clima de sensualidad en unas prendas que La Perla sabe cargar de delicado erotismo, con sus combinaciones de encajes Leavers y tules en ligueros, baby doll, bustier o bodys.  Las plumas de marabú, que evocan tiempos de lujo y de acción, de risas y de diversión, tienen también su protagonismo en esta completa colección más perla que nunca. Hubo también un tiempo en que estos diseños recibían el nombre de «picardías». Así los bautizó la constreñida moral de aquellos años en que se ocultaba lo evidente, pero que sirvió para darle el morbo necesario a unas piezas que sugerían lo prohibido y, por tanto, lo deseado.

 

 

La protagonista de la sesión de La Perla es la modelo brasileña Jeisa Chiminazzo que comenzó su carrera siendo fotografiada por Ellen Von Unwerth y Mario Testino. Jeisa ha aparecido en varias campañas internacionales para Calvin Klein, Hermès, Chanel y Karl Lagerfield. La fotógrafa estadounidense Mary Rozzy es la autora del reportaje fotográfico.

 

 

 

Para el lanzamiento de «The Roaring Collection» se ha diseñado una página web expresamente dedicada a ella,  www.theroaringcollection.laperla.com  que estará en activo hasta el final de la temporada de invierno. Explorando el sitio web será posible descubrir el pequeño cortometraje dirigido por Mary Rozzi durante la sesión y una galería de imágenes sugerentes sobre la nueva colección de este collar de «perlas» interiores.