Para los amantes de los colores, del desenfado, del optimismo y de qué bonita es la vida, y de paso, qué chula, llega de nuevo a telademoda.com Desigual. Esta colección de otoño-invierno pude verla y tocarla en Madrid y es cierto que es menos Desigual que en otras ocasiones; es decir, es más de líneas monocromáticas que de colorido a tutiplén. En esta colección la apuesta es también por la calidad.
Siempre me he preguntado por qué le tenemos tanto miedo al color, a la luz. Hay una especie de ley no escrita mediante la cual a más edad, más seriedad en la paleta cromática, como si cumplir años fuera sinónimo de entrar en las sombras. Es cierto que el color, el color subido de tono, se asociaba en determinadas culturas con un estatus social modesto, quizá como compensación a las tristezas monetarias.
Así que cuando llegaron firmas como Desigual fue como esa lluvia de mayo o ese aire acondicionado en estos días de calima. El color ya no era tabú; el color era un invitado más a la fiesta de la vida. No obstante, en esta colección de otoño-invierno Desigual está más sobria. Tal vez porque quiere ser más «seria». Seria en el sentido de respetada en el sector. Seria, pero sin dejar atrás sus orígenes, que le dieron fama de divertida.
Así que para cuando llegue el frío tendremos una colección adaptada al día a día, y a solucionar ese problema diario del qué me pongo para ir al trabajo, llevar a los niños al colegio o las dos cosas a la vez, que suele pasar. Habrá muchas flores, exóticas en este caso, estampado que parece la tónica general de la temporada, además de motivos geométricos, inspirados en mosaicos orientales.
El terciopelo tendrá un gran protagonismo, como lo tuvo en los setenta para las prendas de diario, pero también los acolchados y los «jacquares». Desigual ha hecho en esta colección de otoño-invierno una gran apuesta por los tejidos, la materia prima de todo diseño, que a veces es en la que menos hincapié se hace. Aquí, sin embargo, las prendas, por su textura y estampados, parecen pedir a gritos: Acaríciame.
No hay que olvidarse del denim, que muestra su lado más creativo decorado con bordados y detalles hindúes y en ocasiones en perfecta armonía con el «tweed» y tejidos de sastrería masculina. Es verdad que la colección juega con dos ideas: la silueta fluida de cintura marcada y la que nos recuerda a los años setenta, donde predominaban las prendas amplias y las superposiciones. Bueno, hay dónde elegir.
1 comentario
Siempre me ha gustado mucho Desigual desde que se lo vi por primera vez a una de mis hijas.Ahora soy yo la que compra más está marca y sus complementos por ejemplos los bolsos.Antes se los pedía a ellas y ahora se los prestó.
Los comentarios están cerrados