Cuando llega el verano, la estampida es en todos los órdenes de la vida. Se sale como un toro del toril a la búsqueda de los estíos encontrados en las playas, en la montaña; en esas excursiones viajeras que luego se rememoran dando la traca a los amigos con vídeos y fotos en el móvil. Este año 2020 que tanto tiene para recordar, lleva todas las trazas de que la estampida se redoblará. Pero ese salir huyendo de la rutina se hace también evidente en otros aspectos como la indumentaria. Llega el buen tiempo y hay quien se suelta el pelo y se le ve la dehesa entera.
Los bañadores son, como las bicicletas, para el verano, pero sólo para darse un chapuzón, imitar a Mark Spitz o hacer la bolsa de té: ya saben, meterse y salirse en un santiamén. No se les ocurra, señores que me leen, plantarse el bañador para otros cometidos varios. Uno de ellos, ir trabajar, el que siga haciéndolo de forma presencial. Y sé lo que escribo. El bañador, si además tiene una hechura elegante como estos de Roberto Verino que hoy traigo a telademoda, se merece no salir de su hábitat: la playa o la piscina.
Roberto Verino, (www.robertoverino.com/es/) que es un diseñador de solera, con una firma que produce en España y que se ha mantenido terne desde los ochenta que fue su salto a la palestra, nos ofrece una colección de baño masculina muy acertada. Los estampados son alegres pero discretos. La hechura además de favorecer, no todos los hombres son Beckham, es muy práctica. Los bañadores tienen bolsillos laterales, cintura elástica, ajustador de cordón y bolsillo trasero. Con la ventaja de que están confeccionados en un tejido de secado rápido, muy ligero y que proporciona comodidad. Visto lo visto, ¡al agua, chicos!
2 comentarios
Son feos de pelotas
Buenas tardes J. Muchas gracias por leer telademoda. Eres muy amable.
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