Roberto Verino (www.robertoverino.com) siempre me gustó no sólo por sus diseños, sino también por el valor que le da a lo bien hecho y por el reconocimiento a todos aquellos que le precedieron. A los que plantaron la semilla para que nosotros recojamos la cosecha y sigamos cultivando la excelencia. A todas esas manos artesanas que guardan como oro en paño el saber hacer de muchas generaciones. Es el caso del abrigo que hoy traemos a telademoda.com, una de las prendas que ha llegado al siglo XXI con todo el rigor artesanal en su confección. Gracias a los que nos legaron su perfección.
Esta colección cápsula de abrigos de doble faz de Roberto Verino es un compendio de la sabiduría de los oficios de moda buscando la excelencia, el sentido práctico y una buena materia prima capaz de construir una prenda duradera. Una prenda que haga frente al modo de vida actual. Una vida que requiere tener un armario con piezas cómodas, efectivas y adaptadas a todo tipo de momentos y horas del día. O sea, unas prendas todoterreno.
Estos abrigos de Roberto Verino son ideales para viajar, ya que su diseño y tejido permiten guardarlos en una maleta de cabina y, además, al no disponer de forro hace que sean menos rígidos y estructurados, por lo que están dispuestos a sernos útiles en cualquier situación. A esta ventaja, que valorarán sobretodo quiénes andan todo el día del AVE al aeropuerto y tiro porque me toca, se une el estar confeccionados en lana virgen. También cuentan con gran variedad cromática y, casi lo más importante, vivirán mucho tiempo en nuestro armario en perfecto estado de revista.
Roberto Verino empezó su andadura en el mundo de la moda en el año 1982, cuando la moda de España comenzaba a despegar y a contar con el apoyo del recién estrenado gobierno socialista de Felipe Gonzalez. Su ropa «made in Spain» es un referente en el sector. Comercializa colecciones de mujer, hombre y accesorios y la búsqueda de la excelencia en el patronaje y en la calidad de los tejidos han sido su razón de ser, además de realizar colecciones que perduran en el tiempo para evitar el tan nocivo consumo compulsivo.