Merece la pena coger el AVE y plantarse en Madrid para ver en la Fundación Mapfre la exposición sobre Jean Paul Gaultier. No sólo porque sea gratuita, que también, sino porque está muy bien organizada y sale una reconfortada con un sector que no debe perder gas en unos momentos en que la sociedad anda renqueante. Si además entre los asistentes a tu turno te encuentras con la Infanta Elena y su hija (más interesada en poner mensajes que en escuchar de su madre la relación del creador con Madonna), pues eso que te llevas al cuerpo. Eso y comprobar in situ que menudo tipazo gasta la pedazo de señora. Natural y espontánea cuando la periodista, al medio girarse en la penumbra, la sujeta del brazo y le hace una observación, al confundirla con su amiga la diseñadora Aurelia Medina. Cosas del directo.
Previamente a empaparme de la trayectoria del creador francés, asistí a una interesante conferencia sobre su relación con la moda española. El cartel era de campanillas: Eugenia de la Torriente, periodista de El país, una joven colega, pero suficientemente preparada para compartir mesa -y salir más que airosa- con el sociólogo Pedro Mansilla, que nos dio una auténtica lección magistral. Una lección de esas que te saben a poco, porque va tirando de un hilo de aquí, de otro de allá, y te hace una madeja de pura lana virgen no sólo para entendidos sino para neófitos, a los que les pica la curiosidad y van luego a las fuentes. Que eso es lo que hay que provocar en los bisoños y en los veteranos.
Curiosidad es también comprobar que en todas partes cuecen habas. Que no nos quejemos de Andalucía, que en Madrid también se las gastan igual. Me refiero a la poca difusión que se le da a determinados actos culturales, porque la moda es cultura y cultural fue esa conferencia, en la que se echó en falta a diseñadores y a (más) gente relacionada con la moda. Como suele suceder, la mayoría de los que se beneficiaron de una información contundente y enjundiosa fueron alumnos de disciplinas relacionadas con este mundo. No sé si ese parco auditorio se debe a una cuestión de arrogancia ( me lo sé todo y nadie me va a aportar nada nuevo ) o a la falta de difusión, que suele pasar hasta en las mejores fundaciones.
De Gaultier ya escribí en telademoda para anunciar la muestra «Universo de la moda: De la calle a las estrellas», que viene a ser la continuación de una serie inaugurada con la exposición sobre la vida y la obra de Yves Saint Laurent, que tuvo una gran acogida. No obstante y para mi gusto, se ha vuelto a caer en la ausencia de luz en muchas salas, donde cuesta vislumbrar algunas que otras prendas. No obstante, el resultado final es bastante óptimo. La muestra recorre la trayectoria del creador a través de ciento veinticinco conjuntos de alta costura y prêt-à-porter, además de fotografías, vídeos y bocetos.
Allí está el mundo Gaultier, tan peculiar, tan particular, en el que se dan la mano lo elegante con lo presuntamente vulgar; la burguesía con la marginalidad. De esa mezcla explosiva el creador ha hecho su estilo, un estilo serio y riguroso, basado en la perfección de los cortes, de los acabados. Las apariencias engañan y un enfant terrible puede ser el más listo de la clase. En la exposición, organizada por secciones, el visitante se encontrará a sus marineros, a sus sirenas y a sus vírgenes; la ropa interior femenina llena de ese protagonismo que subió a las tablas Madonna; la influencia de diferentes culturas y razas o la investigación realizada con tejidos inusuales.
Allí también están sus creaciones inspiradas en esa España que algunos llaman cañí y que tanto fascina a diseñadores, creadores o modistas foráneos; además de sus numerosas colaboraciones con el cine, la música y la danza. Es el caso de Pedro Almodóvar, que ha cedido por primera vez los bocetos y vestuario de películas como La piel que habito o La mala educación. También en la gran pantalla colaboró con Luc Besson y en el pop con Kylie Minogue y Madonna. La exposición es tan completa que, gracias a las nuevas tecnologías, los modelos estáticos cantan y hablan, incluso la réplica de Jean Paul Gaultier nos da la bienvenida en varios idiomas. No hay que perdérsela. Hasta el 6 enero tienes tiempo.
9 comentarios
Esta crónica es de diez.
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Extraordinaria la crónica sobre la exposición de Jean Paul Gaultier, uno de los mejores diseñadores franceses, sin duda. Y muy curioso y divertido el «encontronazo» de la periodista con la Familia Real.
Una vez más, tu crónica fantástica, tanto, que se queda uno impaciente por ir a ver esta exposición. Si me pillara un poquito más cerca…
Besos
MariCarmen
Muchas gracias x invitarme a la expo y x tus textos tan buenos como siempre. Gaultier es el maestro del neorococó,pero…nadie puede resistirse a tanta sobredosis de glamour. Besos. Te
Siempre he opinado que este blog es especial y no puede encasillarse Es difícil que le den un premio o mención porque nadie sabría en qué categoría incluirlo. A mí me encanta leerlo. Esta crónica es muy buena, Felicidades.
Soy periodista como Clara Guzmán y lo que siempre me ha llamado la atención de esta profesional no es sólo lo bien que escribe la jodía, sino lo generosa que es. Siempre reconociendo el mérito allá donde esté. Eso la honra. Me alegro que siga al pie del cañón a pesar de los pesares. Ah, y estás guapísima que te he visto en las fotos.
Me gusta mucho Gaultier y después de leer esto no me pierdo la exposición. Gracias.
Hola, me ha encantado tu crónica y qué divertido tropezarse con una infanta de España.
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