Rocío Peralta @rocioperaltar no puede estar quieta. Se define como una mujer trabajadora, ambiciosa y luchadora, de las que se ponen objetivos en la vida. «Soy madre de tres hijos, sí, todos varones, y para mí la familia es lo primero, pero soy una apasionada de mi trabajo, le dedico mucho tiempo y no me pesa». Ahora acaba de lanzar, junto a su socia Violeta Andic, Gavriella, (www.gavriella.es) una firma de moda para mujer, adolescente y niña, muy acorde con los nuevos tiempos. Es sostenible; es decir, realizada con material reciclado y por el éxito obtenido estas dos mujeres emprendedoras han dado en el clavo.
«Estudié Turismo, hablo inglés y francés y durante siete años me dediqué a organizar eventos en la finca familiar. Eventos muy vinculados al mundo del flamenco. Cuando tuve mi primer hijo me planteé dar un cambio a mi vida laboral. Trabajaba cuando todos descansaban. Siempre he sido muy creativa y cuando le comenté a mi marido la posibilidad de dedicarme a diseñar moda flamenca tuve todo su apoyo. Mi primera colección la presenté hace once años en un desfile en Nervión Plaza, luego estuve en el Rastrillo y después en las pasarelas tanto de Simof como de We Love Flamenco».
«La gente tiene ganas de que volvamos a nuestras tradiciones, de volverse a vestir de flamenca. Llevamos dos años sin Feria de Sevilla, sin romerías, pero sé que el sector remontará. La crisis sanitaria nos cogió de lleno. Fue en el peor momento, con toda la inversión hecha y ahora no empezamos de cero, no, empezamos de menos diez. Hay que invertir en un negocio nuevo y, aunque vayamos con cautela, siempre es un riesgo». Rocío, a la que le costó digerir que después de la siembra no iba a haber cosecha, no se quedó de brazos cruzados y como otras compañeras del sector se puso manos a la obra.
«Al principio lancé unos pijamas que se vendieron estupendamente y luego accesorios para los aparatos electrónicos poblados de lunares, muy en la línea de mi identidad de marca». Pero la vida le tenía una sorpresa, Violeta Andic, a la que conocía como clienta, le propuso la aventura de la moda femenina sostenible. «Le dije que esperara, pero cuando llegó el Covid-19 y vi que iba para largo tomé la decisión. Se había salido del grupo Mango, propiedad de su familia, donde creó la línea de tallas grandes «Violeta» y se había venido a vivir a Jerez. No podía dejar pasar la oportunidad que me brindaba la vida».
Gavriella, con uve de Violeta, erre de Rocío y doble ele porque según los expertos es más visual, lleva el ojo turco de amuleto de la suerte en su logotipo. La suerte hay que trabajársela, según la versión popular, y Rocío, que dice ser más creativa y Violeta más de números, creen que cada vez estamos más concienciados en que hay que cuidar el Medio Ambiente y en que la moda debe ser sostenible. «Gavriella (@gavriella.vr) es una colección de verano, playera, aunque también podemos utilizar muchas de sus prendas para salir a cenar. La lycra de los bañadores está hecha con tapones de plástico reciclados y los tejidos son el resultado de residuos de tejidos que se acumulan. Un 80% es algodón, un 10%, viscosa y otro tanto lino».
«Hemos hecho blusones, caftanes, pantalones, faldas, sudaderas y en la línea de bañadores hemos incluido los de surf. Las rayas predominan en la colección, con flores bordadas inspiradas en el mantón de Manila. Nuestra idea era hacer verano y deporte, pero los negocios van hablando y ahora estamos centradas en el verano que viene. La intención es que sea marca España, aunque por los muchos problemas empresariales que ha acarreado la pandemia, hemos tenido que diversificar la producción en otros países». Gavriella se vende no sólo en la tienda «online», (www.gavriella.es) también en la física de Rocío Peralta en Sevilla; en «Es fascinante» de Madrid y en «It Somi» en Sotogrande.