
Veo esta colección cápsula del antequerano Javier de la Fuente y me acuerdo de la canción «Todo es de color», compuesta por Tele Palacios del grupo «Triana» y por Manuel, de «Lole y Manuel«. El color es vida, es alegría y pasión, sobre todo cuando está tan conseguido como en las piezas de «Toki no Hiro», una interpretación muy personal de Javier de la Fuente sobre la cultura japonesa. Una oda a la belleza efímera del tiempo, inspirada por la filosofía nipona de apreciar el momento presente. Javier de la Fuente nos recuerda que tempus fugit (el tiempo vuela) y que si lo queremos atrapar que sea de color, porque todo es de color, todo es de color…


De la Fuente, ferviente admirador de Balenciaga, como dio fe en una entrevista que le realicé aquí, en telademoda, ha confeccionado su colección con tejidos Oeko-Tex, que simulan papel y que significan su compromiso con la moda sostenible, permitiendo que las prendas sean respetuosas con el medio ambiente y al mismo tiempo sean ligeras y cómodas de llevar. Son piezas de formas amplias y fluidas, inspiradas en la arquitectura y naturaleza japonesas. Oriente, en la mente de un diseñador de Occidente.


Andaluz, de madre sevillana, de Ecija, fue uno de los afortunados que, tras haber estudiado en el Centro Superior de Diseño y Moda de Madrid, adscrito a la Politécnica, cursó la cátedra Balenciaga. Cristóbal Balenciaga, un creador vasco de espíritu universal. Desde su tienda-taller en la calle Santa Teresa, 5, en el barrio de Justicia de Madrid, Javier da buena cuenta de su bagaje en su costura a medida para madrinas e invitadas que quieran distinguirse. Las vemos a todas en el escaparate virtual de Instagram y sus diseños son un auténtico espectáculo de buen hacer, donde se aúnan creatividad, artesanía y costura tradicional.

Con esta especie de guiño a la cultura japonesa, De la Fuente demuestra una vez más que cuando se tiene oficio no hay barreras. La paleta de colores de la colección se inspira también en la rica tradición cromática de la cultura japonesa. Tonos brillantes y radiantes como el amarillo sol, el naranja fuego, el rosa cerezo y el azul cielo reflejan la vitalidad y la alegría del tiempo en constante flujo. Cada color ha sido cuidadosamente seleccionado para evocar emociones y despertar la conexión con el dios griego Cronos, recordándonos que el tiempo es un preciado tesoro.