María Lama: accesorios imprescindibles

Reportaje gráfico: Rocío Ruz

Con seis años le regalaron una caja de bolas de colores. Se puso a hacer pulseras y collares y desde entonces no ha parado. María Lama de Góngora es creativa por la gracia de los genes, por eso sus accesorios son imprescindibles

La periodista cuando conoce a María Lama cree que se ha equivocado y que a quien va a entrevistar es a una modelo. María Lama no es una modelo de pasarela, pero bien podría ser una modelo a seguir por su manera de ver la vida, tan alejada de algunos congéneres, a los que se ha dado en llamar acertadamente generación «Nini»; o sea, ni estudian ni trabajan. En esta chica llama poderosamente la atención su exacerbada preocupación por no depender económicamente de sus padres. Acaba de terminar la Diplomatura de Empresariales y ahora va a continuar la carrera; vive de lo que empezó siendo una afición: hacer complementos, pero además hace esporádicamente de azafata, trabaja en un catering los fines de semana y ha dado clases particulares, labor ésta última que ha aparcado porque el día sólo tiene veinticuatro horas.

«Desde pequeña he sido creativa. Recuerdo que con trece años iba a comprar material a las tiendas del sector y mientras hacía cola preparaba los deberes. Ahora, con el tiempo, me he convertido en mayorista. Me considero muy perfeccionista y no me importa echarle horas a una pieza. Mi primer showroom lo hice el pasado mes de enero en mi casa y el segundo en abril; en verano vendo en El Puerto. Lo mejor de todo es que agoté las existencias y la gente ha vuelto para pedirme otros diseños. Mi publicidad es el boca a boca y lo que me lanzó a hacer de mi afición una profesión fue que el círculo de compradores se ampliara poco a poco. Durante la Feria no paro, hago pendientes de flamenca grandes, pequeños y todos los complementos necesarios para el traje. Me define el no repetir nunca modelo y garantizar la exclusividad, sobre todo cuando se trata de un encargo. En esa época de tanto trabajo vienen mis amigas a ayudarme. ¿Que si les pago? No, nunca,pero siempre  les regalo unos pendientes o lo que quieran».

«Lamágora»

Dice María que le gustaría crear  y registrar su firma que se llamaría «Lamágora», por la unión de sus dos apellidos Lama de Góngora, así como su logo. «Espero saber llevar el negocio, porque cuando vas creciendo necesitas mano de obra. Yo vivo de esto y soy muy ambiciosa. La afición de crear me viene de mi madre, Mary Pepa de Góngora. Ella es secretaria judicial, pero lo mismo pinta un cuadro que me hace un traje de flamenca. Siempre tengo cosas hechas, aunque la gente me suele encargar los accesorios, sobre todo collares, broches, tocados, gemelos, pulseras y unas condecoraciones que he puesto de moda realizadas con fotos antiguas que obtengo de internet. Reconozco que yo sirvo de reclamo.En Feria me pararon por la calle para preguntarme de quién eran los pendientes que llevaba. En otra ocasión, fue en una boda y eran los empresarios de Florsali, para los que hice una colección de complementos en acetato. Mi salto a los medios de comunicación me lo dio Raquel Revuelta. Yo estaba de azafata en el Salón Internacional de Moda Flamenca y ella se fijó en mis pendientes. Entonces me sacaron en su revista «Surrealista», en la sección de nuevos creadores».

Dice que los materiales los suele comprar en tiendas de fornitura de Sevilla,pero que ha ampliado el horizonte con su estancia en Bruselas como estudiante. «Allí los adquiría en mercadillos, papelerías, mercerías, tiendas de bisutería. Además he ido en tres ocasiones a París a buscar más material, aunque también compro muchas cosas por internet».

La competencia

A María le hubiera gustado estudiar una carrera de moda, aunque no lo descarta. Sueña con irse a Estados Unidos, «porque lo que se aprende en un año allí no lo consigues aquí en mucho tiempo». «Me gusta mucho diseñar y hoy en día no se mira tanto el material, sino la idea. Entiendo poco de moda, sé lo que me gusta y lo que no, lo que me pondría y lo que no. No sigo las revistas de moda y cuando voy a comprar intento economizar en todo. Esta idea también la llevo a mis diseños. Cuando hago los complementos espero ser diferente y usar materiales que simulen ser buenos, mi intención es llegar al mayor público posible, dentro de su exclusividad. Me gusta mucho, por ejemplo, la firma Uterqüe, aunque todo el mundo lleva lo mismo. Los andaluces Dublos, a los que le acaban de concerder el premio a la mejor colección de complementos en la Feria de Milán, donde exponen, son impresionantes. Son piezas muy bien hechas, pero lo malo es que te gastas un dineral y sabes que otra persona lo tiene igual, aunque sea de otro color».

Además de pasarse media vida haciendo sus demandados complementos, María Lama tiene otras aficiones comoleer, navegar en internet o hacer deporte. «Soy muy amiga de mis amigos y siempre organizo yo todo. Me gusta también viajar y cada vez que voy a un país lo primero que hago es ir a ver los establecimientos especializados en telas, los de fornituras, las mercerías… En París, por ejemplo, las tiendas de complementos son maravillosas y recomiendo Bruselas a quienes les gusten las joyas. En sus muchos anticuarios hay maravillas y a un precio bastante razonable».