Es para perder el gusto. No sabes con cuál quedarte si te toca aunque sea un pellizco de la lotería de este viernes. Son todos para chillarles, que diría una amiga mía. Son los bolsos de la firma italiana Liu Jo para la próxima primavera-verano 2018. Los tonos van desde el blanco hasta el violeta, color que según Pantone, será el que partirá el bacalao o la pana en el año que está a punto de empezar. Da igual el color o el diseño. Todos me gustan.
Los bolsos son un accesorio muy demandado y muy en alza desde hace unos años. Sólo hay que ver la actitud de las modelos cuando los anuncian. Los cogen como si les fuera la vida en ello. Como si portaran el tesoro más codiciado o incluso, si me apuran, como si fuera nitroglicerina y ya saben… Pero sobre todo que no se manche, que es como si se manchara una reliquia. Algo así como no pongas tus sucias manos en mi cotizado bolso.
Un bolso es como una prolongación de la personalidad de su propietaria. Su continente dice tanto de ella como su contenido y hay contenidos dignos de que los estudiara algún freudiano. Dicen los psicólogos que un bolso abierto, así como a la remanguillé, por ejemplo, un capazo, está diciendo a los cuatro vientos que su propietaria es tan extrovertida que no le importa dar pelos y señales de su vida, incluso la sexual.
¡Qué cosas dicen los psicólogos! Alison Lurie, profesora de Lengua Inglesa de la Universidad de Cornell, novelista y estudiosa de la moda, asegura que la expresión «old bag» (bolso viejo) para designar a una mujer mayor poco atractiva tiene más de cien años, y puede que subliminalmente sea la responsable de la tendencia femenina a desechar los bolsos en cuanto se estropean lo más mínimo. ¿Sí? ¿Tú crees?
Quizás la responsable de que los ojos se nos vayan detrás de los bolsos sea su belleza. Su diseño, su tonalidad, su piel, esos adornos que lo componen para hacerlo más sencillo o un tanto barroco, dependiendo de su uso. Es verdad que vivimos no sólo en el país, sino en la región donde contamos con un lugar, Ubrique, cuna de la elaboración de los bolsos más señeros del momento, procedentes de las firmas más cotizadas.
Estos de Liu Jo que traemos hoy a telademoda.com merecen ser admirados. Su delicadeza, sus agradables colores y su continente hablan por sí solos. Son bolsos para toda la vida, porque tienen alma imperecedera. La materia prima y la artesanía son de gran calidad. Son piezas que cumplen no sólo una función práctica, sino que también llevan aparejadas la belleza y la belleza, ya lo dijo Óscar Wilde, es la única cosa a la que el tiempo no puede ocasionar daño alguno.