La política da mucho de sí, tanto que da hasta para escribir un libro sobre su relación con la moda. Libro curioso, interesante y que te pone en guardia sobre cómo captar al vuelo «los maquillajes» con los que se cubren algunos personajes para conseguir sus objetivos; o sea, ganar aunque no sea en buena lid, que de lo contrario no necesitarían de afeites. Patrycia Centeno, (www.politicaymoda.com) periodista y pionera en el estudio de la indumentaria como herramienta de comunicación política, ha escrito «Política y moda. La imagen del poder», una obra editada por Península, documentada y de gran interés para todos aquellos que quieran ahondar en la importancia del aspecto físico a la hora de ganar, por ejemplo, un debate televisivo o unas elecciones. «Política y moda», que me lo leí en un viaje en AVE a Barcelona, cinco horas de nada, fue uno de mis libros de cabecera para preparar la ponencia marco del seminario «La vestimenta tiene ideología», organizado por el Máster en Comunicación Institucional y Política de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla. Entre sus páginas encontré curiosidades del tipo las siete diferencias de José Luis Rodríguez Zapatero (que nunca se apea del candelabro, que diría la guapa, ora por una reunión a destiempo ora por un inoportuno viaje) de estar en la oposición a ocupar la presidencia del Gobierno. No las cuento porque entonces no tendría gracia, como tampoco la importancia de llevar con dignidad la escasez de cuero cabelludo. Las filigranas para tapar la calvicie o los implantes capilares son vistos por el pueblo soberano como falta de autoestima del político en cuestión. El libro fue publicado antes de que saltara a la escena política Pablo Iglesias, así que desconozco la impresión que genera en el auditorio un candidato con coleta. Habrá que esperar a una segunda parte.