¿Quién ha dicho que corren malos tiempos para la lírica? Eso sería antes, cuando nadie se acordaba de Gustavo Adolfo Bécquer y ahora van en procesión a su glorieta del Parque de María Luisa. Flores, la verdad, le llevan pocas, alguna novia en pleno trance romántico, pero para flores ya está la firma Lebor Gabala (www.leborgabala.com). Para que no se nos olvide que estamos en la antesala de la primavera y recordemos sólo lo bueno del invierno, ha regado de flores su colección. De flores y de universo marino.
Servidora, que es periodista y que como tal siempre tiene en el tintero la tesis doctoral, está estudiando la posibilidad de hacerla sobre las notas de prensa de las firmas de moda, ya que nadie me ha tomado aún la delantera, que yo sepa. Bueno, pues en la nota de prensa de Lebor Gabala se dice, abro comillas, que decía un ángel: «Las prendas se envuelven de un universo marino lleno de flores que define aquella mujer a la que se dirige, fuerte y brava como el mar a la vez que bella y delicada como la flora».
«Por ello, las ondas del mar y las flores de inspiración oriental y con trazos de acuarela se alzan como el estampado protagonista de tops, camisas y vestidos varios». Bien, servidora, que también se considera brava, como apodaron a la madre del rey emérito, doña María de las Mercedes, María la Brava, vaya usted a saber por qué o sí lo sabemos, cree que la colección es bella y delicada, como corresponde a esta firma creada por Maite Muñoz y de la que ya he dado cumplida cuenta en mi blog.
Una firma, para los que no lo hayan leído, bautizada con el sonoro nombre de Lebor Gabala. Lebor Gabala es la traducción de Leabhar Ghabhála Erenn, un conjunto de manuscritos gaélicos del siglo XI que cuentan la fundación de Irlanda a través de los tiempos, con una mezcla de historia, mitología, leyendas y folklore. Lo que más me gusta de Maite Muñoz es que tiene oficio y eso se nota. Se nota también que ha aprendido de maestros como Pedro Morago o Mila y Tucho Balado.
Como tantos otros, probó fortuna en Ibiza donde diseñó sus primeras colecciones para la moda Ad Lib, que tantas secuelas ha dejado, algunas incluso muy buenas. Y al final optó por instalarse en Barcelona y diseñar por libre. Y me gusta su libertad, porque me parece que Lebor Gabala es femenina y detallista y maneja con soltura el punto, su tejido estrella. Me gustan los vestidos de esta colección. Son frescos y livianos, en distintos largos, sin abusar del estampado, que siempre está en su justa medida.
Tiene la colección un aire retro, que no vintage, vamos a llamar al pan pan y al vino vino. Retro en el sentido evocador de la época de descanso, del buen tiempo y de la comodidad. Los patrones son rectos y los cortes midi (el largo que vuelve por sus fueros) y maxi, en faldas y vestidos, la prenda que descuella en la colección. Pero también están los pantalones de viscosa y sobre todo los cárdigans y los jerséis, tan necesarios para las noches estivales y tan importantes para dar el remate final a un conjunto lleno de lirismo. Porque la firma española Lebor Gabala se echa flores esta primavera.