Ahora que todo el mundo se ha operado de la miopía y hay incluso quien lo ha hecho de la presbicia van y se llevan las gafas. Dicen que dan un aire intelectual a su portador. Bueno, eso me hace pensar, pero mejor que no piense y que siga remando; vamos, escribiendo. Desde que se inventaran en China, en el siglo XII, que mira que han llovido chinos desde entonces, las gafas se han realizado con multitud de materiales y han tenido un sinfín de monturas, que es como se decía antes de que la moda invadiera hasta los argumentos de los premios literarios. Pero han llegado las gafas Audacieuse de Dior y nos hemos quedado sorprendidos ante su diseño entre enigmático y desafiante, sin olvidarnos de ese ingrediente retro que ahora encontramos hasta en la sopa de números del Sudoku.
Dicen en Dior que causaron sensación en el desfile de otoño-invierno 2013 por su diseño llamativo, que reinventa la forma de mariposa en un estilo contemporáneo y glamuroso y las convierte en un accesorio muy diferente a cualquier otro. Fueron los chinos los que desarrollaron una tecnología para ahumar los cristales de cuarzo y oscurecerlos. Al parecer, estos cristales ahumados eran usados por los jueces chinos y su objetivo no era ni la corrección de la vista ni tampoco la protección de la luz solar. El auténtico fin de las primeras gafas de sol era el de ocultar la expresión del ojo durante los juicios, para evitar cualquier evidencia sobre el veredicto final que únicamente se daría a conocer al concluir el juicio. Para que luego digan que la justicia no mira por el ciudadano. ¿O miraba? Bueno, si lo retro está tan presente en nuestra vida, puede que vuelva esta modalidad tan enigmática. Pero mientras tanto para eso están las gafas de Dior.