Parece que hay una cruzada contra los tacones. La sociedad de la comodidad ha desplegado sus armas y ha bajado del pedestal a los zapatos «altivos». Las tendencias hablan de tacones «sensatos», zapatillas de deporte a todas horas y bailarinas. Un calzado mimado con mucha historia detrás. Su origen, lógicamente, está en el distinguido ballet. En el siglo XVII, cuando se empezó a introducir el zapato para la danza clásica, mandaba, como suele suceder, la moda y las bailarinas profesionales tenían que llevar los incómodos tacones. Una de ellas, la francesa Marie Camargo, decidió que sus movimientos fueran más ágiles acortando su falda y retirando los tacones de sus zapatillas. Su estilo marcó una época. Tres siglos después, en el XX, la empresaria francesa nacida en Italia Rose Repetto ideó unas zapatillas para su hijo, el bailarín Roland Petit y fundó un negocio de producción de zapatos de baile. Ella fue la autora del modelo que lució Brigitte Bardot en «Y Dios creó a la mujer», en 1956. Hoy traigo a telademoda la propuesta de una firma española,Victoria, donde hay un despliegue de modelos para todos los gustos. Además, en España las bailarinas, que llegaron a nuestro país a través del cine, que con la moda forma un perfecto binomio, adquirieron otro nombre que, lo siento, señor Urtasun, ministro de Cultura, tiene que ver con los toros.
Pues sí, las bailarinas adquirieron en España el nombre de manoletinas, debido al matador de toros cordobés Manuel Laureano Rodríguez Sánchez, más conocido como Manolete. Y deben su nombre porque se hizo confeccionar unas zapatillas parecidas a las de bailarina, pero para el toreo. La diferencia estribaba en que la suela era más gruesa que la clásica de ballet, pero quedaron para la historia de la moda como manoletinas. Es verdad que en este abanico de modalidades de bailarinas están las merceditas, poseedoras de una pulsera a través del empeine y que no siempre son planas. Fuera de nuestras fronteras se denominaban Mary Jane, por su asociación con el personaje homónimo de la popular tira cómica de Buster Brown. Además de la pulsera en el empeine, su puntera era redondeada y tuvieron, a principios del siglo XX, un éxito fulminante. Como el que tienen las propuestas de Victoria. Con tejido de terciopelo y una hebilla que adorna la correa en el empeine, las hay en negro, beis, burdeos, verde y el «animal print», el estampado de leopardo de toda la vida, que esta temporada está en la primera línea de fuego «fashion» y al que yo odio cordialmente. Los dejo con todas ellas para que puedan elegir con tranquilidad.