Un café necesita de una parafernalia para que sea un café con todas las de la ley. Un café puede ser el inicio del fin de la abulia, de esa monotonía espesa que brama por ser líquida y si te apuras, gaseosa. Así que ese café que abre puertas y a veces escotillas; ese café de respiración boca a boca, si viene en el equipaje de una cafetera distinta por deslumbrante no es para dejarlo escapar. La diseñadora Helena Rohner ha realizado una en acero inoxidable para la firma danesa Georg Jensen. Minimal y elegante, quizás porque no es pretenciosa, que ya se sabe que la elegancia de verdad es la que pasa de puntillas, pero deja huella, es una más de las colaboraciones de Helena Rohner para Georg Jensen. En su lista encontramos la vajilla infantil «Apetito» o un juego de té que fue «best-seller» en ventas. ¿A que te apetece un café?
3 comentarios
Me gusta tu blog porque siempre sacas cosas curiosas. Mira que la cafetera es mona, pero también cuando hablas de las botas de agua, del glamour, del color marrón y de la chica que pinta unos manteles preciosos. Yo seguiré en tu blog.
Es chulísima. ¿Tú la tienes?
Hola a mi me gusta para adorno.
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