Karl Lagerfeld, el kaiser, el que no tiene pelos en la lengua, y, sí, el que diseña, acaba de presentar, como anunció CWF (Children Worldwide Fashion) su colección de ropa infantil Karl Lagerfeld Kids. Todo un acontecimiento social en la vida de la capital de Francia, que se celebró en el histórico edificio del distrito 7 de París, donde se encuentra la sede central de Karl Lagerfeld.
Hasta el momento no ha trascendido que el diseñador que oculta su mirada tras unas gafas de sol y a cuya madre todas sus colecciones les parecían «horribles», haya metido el dedo en el ojo a nadie. Al contrario, demostró sus dotes infantiles (y de marketing) al invitar a una suculenta merienda a niños y padres, así como a cincuenta periodistas y blogueros. La nota de prensa no especifica qué cantidad de unos y de otros acudieron a la cita.
La colección está integrada por tres líneas: la «Rock Chic», para pequeñas estrellas del rock en ciernes, otra llena de «kolor» y una gama de calzado y accesorios, inspirados por «Choupette», la adorada gatita del diseñador, que fue el centro de atención de todos los invitados. Nada nuevo bajo el sol del sector, pero sí con una escogida materia prima. Las galletas llevaban la huella de la minina de Karl y los bombones, la cara de su dueño y señor.
Mientras se mostraba la colección a los invitados, los pequeños participaron en una serie de talleres, donde se puso de manifiesto el palpable egocentrismo del actual director creativo de Chanel. Los niños hicieron llaveros con su cara y el nombre de la marca, así como dibujos bajo la supervisión de la ilustradora Tiffany Cooper, quien firmó su última libro «Los secretos de Karl». Una tarde muy bien aprovechada, ¿no creen?