El negro que tenía los calcetines blancos

por Clara Guzmán

michael-jackson11A Michael Jackson todo el mundo le ha llorado. A la gente le gusta llorar a los que previamente ha machacado. Son las cosas del querer. Sobre todo las cosas del querer a los divos. Hoy te quiero y mañana te odio, para eso están. De Michael Jackson siempre me llamó la atención su obsesión por el blanco. A otros, como al colega Ian Halperin, sus turbulencias. Mañana, 14 de julio, fecha clave para los franceses, verá la luz su polémica biografía sobre el rey del pop: «Unmasked: The final years of Michael Jackson», donde el rítmico contorsionista es blanco de oscuras polémicas.

Al cantante con complejo de Peter Pan, un complejo muy de actualidad, le gustaba el color de la inocencia y de la pureza, aunque el blanco, junto con el azul marino, han sido los colores burgueses por antonomasia. Jackson, remedando a Alberto Insúa y su tierna novela «El negro que tenía el alma blanca», pasará a los anales de la historia de las tendencias surgidas en el seno de la música, como el negro que tenía los calcetines blancos.

Si la ropa «es nada menos que el mobiliario de la mente hecho visible», como escribio James Laver, habría que preguntarse por el estilo decorativo de los pensamientos de esta estrella del rock. El blanco, a tenor del legado aforístico de Coco Chanel, borra la edad, la fijación de Jackson, pero hay blancos que deslumbran con su inapropiado fulgor.

Nieve en sus pies

Al autor de «Thriller», el disco más vendido de la historia de la música, le gustaba irradiar con el color que estaba en las antípodas de su piel.  Se aclaró la cara y se calzó de nieve sus pies. Nieve que derriten los «juzgadores» de la carta de colores con su llamarada de pretendida autoridad, cuando la carta cromática no hace juego con la  tonalidad de la cartera de su usuario. A saber: Jackson era una estrella en el firmamento musical aunque sus canillas  fueran pasto de blancas llamas; sin embargo, el rendido admirador (rendido, en sus dos acepciones, sobre todo en la literal, al acabar molido tras  imitar sus evoluciones)  que lo emulara era pasto de los porteros de discotecas, si por la ranura horizontal de su ceñido pantalón negro asomaba la ostentosa raya blanca que realzaba los pulidos estuches de sus pies. ¿En qué se diferenciaba de su ídolo? Simple y complejamente en que uno era de barro y el otro de oro hasta que el tiempo lo convierta en cobre.

michael-jackson2El blanco siempre ha tenido sus luces y sus sombras. Cuando la periodista Teresa Ricart le preguntó al zapatero Manolo Blahnik si había algún color que no usaría nunca para sus «manolos», el español de madre canaria y padre checo contestó: «No, todos los colores me gustan, incluso el blanco. La gente dice que un zapato blanco es horrible. A mí me encanta. Verá, se decía que si Jackie Kennedy y Dolly Parton se ponían zapatos blancos, Dolly Parton trascendía la vulgaridad, mientras que la elección de Jackie sería distinta…¿Entiende lo que quiero decir? Depende de quien lo lleve».

Depende, siempre depende

Depende, siempre depende. ¿Habría algún osado que tildara a Giorgio Armani de ordinario por usar el mismo color de calcetines que el recién fallecido Michael Jackson? Seguro que no. Es el rey de la actual elegancia y su inclinación por el blanco para cubrir sus pies, una nota de excentricidad propia de su estatus social. Si todo depende del color del cristal con que se mira, ¿quién tiene la verdad absoluta de la distinción? ¿Acaso un hortera no se siente un petronio enfundado en su ceñida indumentaria y exhibiendo con aplomo la cegadora luz de sus calcetines blancos?  «Cualquiera puede estar lleno de animación y de buen humor cuando va bien vestido. No es ningún mérito». Lo escribió Charles Dickens. ¿Para quién? ¿Para el gentleman? ¿O también para el acérrimo seguidor de Jackson, convertido en el rey de la pista, desde donde nos lanza níveos mensajes cada vez que contrae su esqueleto a imagen y semejanza de su héroe musical? Pues depende, siempre depende.

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7 comentarios

alegandra 11 septiembre 2009 - 23:05

michael jackson es lo megor del mundo y na die le va de sir de cosas a michael jackson eeeeeeeeeeeeeee

Inma Molina 21 julio 2009 - 19:07

Clara, te felicito por tu artículo, la verdad da mucho que pensar. Como ya hablábamos el otro día algunas cosas pueden verse desde distinto punto de vista,es cierto que artículos como el tuyo te hacen ver las cosas de otro modo. A mí , personalmente siempre me dijeron que llevar unos calcetines blancos con unos zapatos de vestir es difícil que llegue a conjuntar.No depende de la prenda que vistas , yo creo que depende más de la persona que la lleve, hay que saber llevar la prenda. Yo también me planteé en ocaciones porqué un mito del Pop puede subirse a un escenario con calcetines blancos y una persona normal , que te la cruzas diariamente por la calle no le dejan entrar en una discoteca con ellos.

Hablas de que Michael Jackson era un negro con alma blanca, que aún antes de irse tenía complejo de Peter Pan, ¿ no es mejor sentirte siempre como un niño ? Los niños cada día van descubriendo cosas nuevas, les encanta investigar siempre con una sonrisa en el rostro , ven la vida sin complicaciones ,desde ese punto de vista que tanto puede llegar a cambiarte con el paso de los años.

Saludos .

manuel 19 julio 2009 - 13:34

Hola , encantadora tu reflexion sobre los calcetines del grandisimo Michael Jackson.
Que pena que el personaje halla devorado al genio y na podamos conocer lo hubiese podido crear en la madurez, estoy de acuerdo con Fabiola y encuentro muy triste que el exito no ayude a quererse mas y a vivir mejor
en fin … Clara gracias por como lo haces.
un beso.

carmen 16 julio 2009 - 17:42

Clara, muy bueno y muy acertado el título. Enhorabuena desde San Sebastián. Muchos éxitos.

Fabiola García-Liñán 15 julio 2009 - 9:12

Hola Clara,sí ,el asunto de los calcetines blancos hace pensar en el doble rasero con que puede medirse a una estrella y a un simple mortal.Pero en este caso creo que M.Jackson conseguia potenciar su ritmo con esos puntos de luz en el extremo de sus pies.Estaba actuando e iba disfrazado.Pero, Clara, lo que no tiene pase es que también quisiera poner blanca su cara destruyendo su piel y su fisonomía ¡Qué pena! ¡Cuándo vamos a aprender a querernos un poco mas!Ni todo el éxito del mundo hace feliz a las personas que no se quieren.Un beso y ¡Quierete mucho!¡Tú lo vales!.fABIOLA

alberto arrocha duarte 13 julio 2009 - 16:39

Querida, me ha encantado….Efectivamente, depende….todo depende…Saberse situar en la vida, no como el ficus de mortadelo y filemón sino como alguien que tiene algo que decir, bien con colores, bien en silencio, o con palabras es el mejor modo de reivindi car….Michael lo hizo de muchas maneras….de decir que era distinto con sus calcetines blancos y sacar a la luz la luz de niño que llevaba dentro???? Sin más, porque le gustaban???? Qué más da!!! Lo mismo digo yo de mi pelo, blanqueado a pinceladas ya, cuando me corifean por ahí lo de «interesante, en un hombre es muy interesante»….Yo siempre contesto:Si Armani lo tiene blanco, por qué yo no??? No sé cómo ni cuánto de blanco tenía el alma este hombre…pero algo de luz tendría que tener cuando arrastra incluso después de apagarse su luz personal amuchos a mantener su luz encendida…Algo de luz tendría.

Nada, que me encanta tu blog y que te espiaré más a menudo. Besitos.

A.

Jose 13 julio 2009 - 12:10

Hola Clara, que estupendo blog. Pues yo he leído por ahí, que uno de los motivos por los que Michael llevaba calcetines blancos, era para que se visualizaran mucho mejor los movimientos de sus pies y todas sus acrobacias como el famoso Moonwalk… ¿será verdad? 🙂

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