«Hay dos clases de personas: las que viajan y las que se quedan mirando el mundo desde la ventana». Lo dijo el escritor Rudyard Kipling y ahora te pregunto: ¿Cuál de ellas eres tú? ¿La que se apunta a viajar incluso con la Orquesta Mondragón tras su cantarina invitación? ¿o la que prefiere moldearse la mente apoyada en el alféizar de la ventana? Seas de una clase o de otra, párate un momento a contemplar estas maletas.
A veces, la belleza está tan cerca que la buscamos lejos. Pero la belleza siempre será un signo de admiración entre las líneas de la rutina. Sin necesidad de correr y sin ansias de detenerte, lo bello despertará tu interés; lo bello siempre es interesante. Lo mismo ocurre con la artesanía, capaz de aceptar que lo cotidiano puede llegar a ser extraordinario. Si estás de acuerdo, párate a contemplar estas maletas de Belber.
Belber es una firma americana que celebra en estos días su CXXV aniversario. Más de un siglo de andadura que no le ha impedido conservar con frescura su esencia original: la filosofía del trabajo bien hecho, que se adapta a la manera de viajar en la actualidad. Hoy se vive más deprisa, el ritmo es frenético, pero todavía se hacen las mismas pausas cuando la belleza nos sorprende, sobre todo cuando viene de la mano del hombre; cuando es artesanal.
Tiene Belber la clásica historia americana, esa que nos maravilla, pero a la vez nos desconcierta. Corría el año 1891 cuando dos hermanos consiguieron reunir el dinero suficiente para comenzar a cumplir sus sueños y fundar su propio negocio. Una aspiración tan noble como titánica, por mucho que sigas al pie de la letra, como un mantra, la canción del cantante onubense Manuel Carrasco «No dejes de soñar».
El estilo de la colección de este año, «Nomadismo urbano», es intemporal y unisex, porque hoy no hay diferencias cuando se viaja. Se busca funcionalidad pero también sofisticación y esa distinción que provoca miradas de admiración en nuestros compañeros de viaje. Me gustan los bolsos y las maletas de Belber porque son las de siempre: Calidad, estilo y ahora además comprometidas con un mundo mejor. ¡Me saco el billete!
1 comentario
Me encantan estas maletas. Tienen un pintón. Y me encanta cómo lo cuentas.
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