Babiné: ¡Menuda moda!

 

Rosario de la Encarnación (info@roinsalpremama.es) se emociona cuando ve acabada una de sus prendas. La mira, la vuelve a mirar y disfruta enseñándola. Se le nota que la moda es su vida y que su firma Babiné ( 954 828 159) es «la niña » de sus ojos.

Desde Lantejuela, una localidad de la provincia de Sevilla, dirige los hilos de la moda infantil, como antes los moviera en el sector de la ropa premamá. Rosario de la Encarnación lleva veintidós años embarcada en un mundo que es la sal de su vida. Un mundo que ha construido sobre los pilares de la profesionalidad, la producción sin salir de casa y la calidad de los tejidos. «¿Cómo se le puede poner a un bebé un tejido como el poliéster, derivado del petróleo? Un tejido malo se recalienta con el calor, se derrite con la plancha y desprende mal olor. La piel de los niños se tiene que cubrir con tejidos naturales. Yo utilizo el algodón, el lino, la sarga, el  popelín, el hilo fino, el piqué, incluso los adornos, como las puntillas, son de algodón».

Colores tiernos

Dice que su ropa es clásica pero con ese toque actual que la hace ser cómoda y práctica. «Tengo estudiado al niño para que no le moleste ninguna prenda a la hora de ponérsela, para que vaya bien vestido pero sin sentirse prisionero». Babiné, que también cuenta con una línea de baño, ha lanzado para este verano una serie de familias de colores que van desde el rojo y el azul al verde esmeralda, pasando por el beis, en prendas para niños y niñas hasta los doce años. Pero Rosario de la Encarnación tiene una paleta diferente para los bebés. Es lo que ella llama colores tiernos, los empolvados o pasteles para el resto de la humanidad».

Otro signo de distinción de Babiné es que todas las prendas van forradas. Es una  manera de imprimirles calidad, categoría y equipararlas con las de los mayores. «Los forros son de algodón y en las prendas de ceremonia, de acetato. No puedo defraudar a mi público. En España se sigue empleando mucho dinero en vestir a los pequeños. En Andalucía, sobre todo en los pueblos, prefieren gastarse un poco más y estar tranquilos porque sus hijos llevan una materia prima natural, con un buen patrón y un buen diseño».

Vender en el extranjero

Rosario de la Encarnación siempre ha luchado por eso, porque sus colecciones llevaran el apellido calidad y el nombre español. «Mi producción está hecha en mi tierra, en talleres de Marchena, Herrera, Sevilla y Málaga. Controlo mejor los acabados y doy trabajo a mis compatriotas. Los tejidos que utilizo son también nacionales, muchos incluso me los fabrican expresamente para mí. Personalmente, no le veo futuro a la moda de usar y tirar y lo mal hecho y barato lo tiene todo el mundo. Con los niños no se debería escatimar, sus pieles son demasiado sensibles. Para muchos diseñadores, la moda infantil ha sido su tabla de salvación en estos momentos de crisis, pero yo digo que es la tabla de salvación cuando se hace bien. Yo empiezo a diseñar un vestido y no sé cómo lo voy a terminar, porque me guían la ilusión, la imaginación y la fantasía. Bueno, sí, y también la experiencia. Pero yo no sería nada sin mi equipo, las diseñadoras Inmaculada Pozo y Ángela Aguilera».

Babiné será presentado en sociedad en Londres los días 19 y 20 de junio. «Vamos a una feria de moda. Mi objetivo es vender en el extranjero, porque sé que hay mercado para mis colecciones. Lo pude comprobar en la pasada edición de la Feria Internacional de Moda Infantil y Juvenil de Valencia (FIMI). Todo el mundo admiró la artesanía de las prendas y su diseño. De todas formas, en Londres ya me abrió camino la firma de calzado Tinny Shoes de Villena (Alicante)», que ha contado maravillas de Babiné».