Agustín Montoya: «Una fotografía no se toma, se crea»

Paulina Rubio

«Trabajar en España como fotógrafo es muy difícil, al menos como fotógrafo de moda y publicidad, sobre todo en el sur», dice el sevillano Agustín Montoya, un profesional con una dilatada carrera.

Karelys Tosado

Se mueve por todo el mundo con su cámara a cuestas. Acaba de hacerle una sesión de fotos a Chayanne y otra a Lucero, una de las más famosas actrices y cantantes latinoamericanas. Han sido los últimos trabajos de Agustín Montoya, para quien un fotógrafo es una persona que tiene una habilidad innata y extraordinaria para inmortalizar imágenes desde un punto de vista diferente al de los demás, usando distintos dispositivos electrónicos o mecánicos. «Un buen fotógrafo, según su disciplina, se caracteriza por tener un buen control de la iluminación, que en mi opinión es el 50 o el 75% de la instantánea y por saber captar el momento. Un fotógrafo no se hace, nace. En España tenemos excelentes profesionales, con una calidad muy superior a la de otros países, incluso más que en Estados Unidos. Mientras que allí nos valoran y respetan profundamente, aquí andamos luchando con el intrusismo. Fotógrafos «piratas» que, además de no hacer bien su trabajo, juegan a una competencia desleal cobrando precios ridículos y entregando una calidad pésima».

El cantante Chayanne

Para Agustín Montoya,  una fotografía no se toma, se crea. «Para ello uno tiene el derecho a recurrir a cualquier técnica, artilugio o dispositivo, empezando por el tipo de cámara usada, el sistema de iluminación y los recientes procesos de postproducción, que ayudan a conseguir la foto pensada. Todo esto nos está permitiendo disfrutar de unas imágenes espectaculares jamás vistas. No obstante, si se usa en exceso, de manera descontrolada e innecesaria, puede estropear una hermosa  instantánea. Ahí es donde entra en juego la profesionalidad y la ética. No creo que las nuevas tecnologías hayan acabado con la esencia del fotógrafo, al contrario, se nos están abriendo puertas infinitas a la creatividad y a la expresión. En su día, el daguerrotipo, el colodión húmedo y las placas secas al gelatinobromuro fueron grandes avances tecnológicos y también hubo quien criticó la aparición del primer sistema de revelado automático, que evitaba grandes horas de trabajo en un cuarto oscuro».

Patricia López

Dice que suele ser muy inconformista con su trabajo, aunque a la gente le encante, por eso no se pronuncia sobre su mejor reportaje fotográfico. Lo que sí recuerda es el más accidentado. «Fue la producción que hice para la promoción del último disco de Alejandro Sanz, Paraíso Express. El trabajo fue fenomenal, todo el equipo genial y el trato de Alejandro demasiado bueno, pero hasta que ese día llegó los problemas fueron de fechas, localizaciones y de incidentes en los viajes».

Elenna

Irving Peen, Richard Avedon y Helmut Newton son sus fotógrafos clásicos preferidos. «De los contemporáneos me quedo con Annie Leibovitz. Siento gran admiración por su trabajo, la forma de retratar, el dominio de la luz y la postproducción que da a sus imágenes. Ella sí se subió al carro de las nuevas tecnologías. Por otro lado no dejaría de destacar la majestuosa creatividad, el elegante sadismo y la calidad de David LaChapelle y cómo no nombrar al impresionante Mario Testino«. «Siempre he pensado que para ser un buen fotógrafo se debe tener un arte innato. No se puede enseñar a nadie a ser un buen fotógrafo si no se lleva dentro. Un buen fotógrafo debe admirar y aprender siempre del trabajo de los demás. Debe ver más allá y tener una buena percepción visual. Para mí algo primordial es saber controlar la luz, también debe tener carisma, empatía y dotes de dirección. Ha de ser atrevido, creativo e imaginativo. Casi todo lo demás se puede aprender».