Con Prudence me encontré de frente en uno de los pasillos del Hospital de Barcelona. Estaba allí, así, como quien no quiere la cosa, expuesta por obra y gracia de una exhibición de fotos de Manuel Viola. Y allí estaban esos ojos que pueden ser asustados, sorprendidos y curiosos. O todo o nada a la vez. Y esas manos que se saltan a la comba el pequeño río que baja de su nariz. Prudence lleva un turbante tan bien puesto que se diría hecho del mejor lino. Y una pulsera y collares de cuentas tan femeninos que se dirían hechos para la armonía. No sé quién es Prudence ni dónde de la extensa África vive, pero sus ojos han dicho que me parara a pensar.
(Foto: Manuel Viola www.manuelviola.es)
9 comentarios
Fantástica foto y un texto lleno de ternura. Felicidades por este blog que acabo de encontrar en internet.
Qué maravilla de foto y que maravilla de texto. Me alegro haber conocido a esta mujer en una charla sobre blogs el otro día en Beauty Fever.
La foto maravillosa, pero tus palabras Clara….
Maravillosa foto. Enhorabuena al autor. Gracias Clara por tus palabras.
Esta foto habla directamente al corazón. Enhorabuena al fotógrafo.
Estupenda foto. Siempre resulta conmovedor asomarse al abismo de la mirada de un niño.
La foto es de una gran ternura, al igual que el texto.
Enhorabuena, Clara. Una vez más tu sensibilidad para contemplar se ha reflejado en tus palabras.
Vaya fotón.
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