El cuentahílos. Imposturas

© Paco Alorda

He buscado en el diccionario la palabra impostura y en una de sus acepciones dice que significa fingimiento o engaño con apariencia de verdad. La modelo que yace lánguida, despreocupada, con una invitación en los ojos a ser mirada, no sólo luce un delicado vestido de Carmen Osuna, sino que interpreta. Sí, es una actriz a tiempo parcial. El tiempo que duren los flashes sobre su cuerpo. Luego, bajará el telón y hasta la siguiente sesión, donde podría ser una rockera o una mujer fatal, de una forma  mucho más explícita que ahora. A la modelo que finge estar todo el día cultivando sus hechuras, le pueden haber herido el alma, partido el corazón o tal vez, mucho menos poético, pero más cotidiano, haberle salido un flemón o estar rabiando por uno de esos dolores que la naturaleza sólo quiso que fueran femeninos. Pero ahí está, ajena al mundanal ruido, absorta en su papel, ganándose su pan con el sudor de su frente, que ha de reprimir para evitar brillos. Sus posturas son imposturas, pero ya lo dijo la escritora Eudora Welty: «La vida no espera, no está quieta. Una buena instantánea detiene un buen momento que trata de escapar». Paco Alorda lo ha atrapado para regocijo de todos.

(Foto: Paco Alorda www.pacoalorda.com  http://pacoalorda.blogspot.com)