El otro día leía en la revista Yo Dona un artículo de la exministra de Cultura Ángeles González-Sinde, en el que tildaba a los bolsos de ser nuestro gran yugo, una suerte de grilletes, y no se explicaba cómo en los años sesenta las mujeres que aspiraban a la igualdad y por tanto a la libertad quemaban simbólicamente sujetadores y no este complemento-trampa, «si los bolsos son el verdadero obstáculo, pues nos constriñen y nos hacen absolutamente dependientes». Siento no estar de acuerdo con la ex y mira que me sabe mal, que diría un catalán, porque a servidora no le gusta discrepar. En absoluto.
Servidora sólo discrepa cuando la cuestión así lo requiere, porque andar todo el día discrepa para acá, discrepa para allá deja agotado el cuerpo y el alma, aunque mi alma desde el año 2005 no sé si me pertenece, según la tesis de Mariló Montero, pero esa es otra historia. A servidora le gustan una barbaridad los bolsos, no sólo como objetos estéticos, que también, porque los hay maravillosos, sino como compañeros de vida. Tengo muchos bolsos y todos pertenecen a una etapa de mi existencia y si hubiera tenido sitio no me hubiera desecho de aquél de mimbre y piel que me compró mi padre en Sigüenza cuando tenía siete años y que se lo saqué a base de ponerme pesada, porque valía un pastón para la época.
Ahora resulta que la firma española Castañer, sí, la que hizo de las alpargatas las reinas del verano, ha diseñado una colección de bolsos shopping (para ir de compras infiero), así como carteras, con divertidos estampados que simulan el interior del bolso y su contenido. Los bolsos son originales, claro que lo son, porque por allí asoman esas pertenencias femeninas que se depositan en estos contenedores y que revelan la manera de ser de su propietaria.
Los bolsos son originales porque el contenido de un bolso siempre ha estado rodeado de ese misterio que acrecienta la aureola de prestigio femenino. Fue De Gaulle el que dijo aquello de que el misterio es la esencia del prestigio. Siguiendo este axioma, Castañer nos dejaría a los pies de los caballos con estos bolsos que dan la cara y dicen aquí estamos; estos son los poderes de la propietaria de este curioso bolso que hemos diseñado para saciar la curiosidad de, sobre todo, los hombres.
Pero evidentemente esto es sólo una pista, una pequeña e ingenua pista de lo que contienen los bolsos femeninos. Reconozco que en este aspecto soy poco original, porque llevo lo sucinto, incluso no llevo lo que debo llevar, pero tengo amigas y conocidas de toda edad y condición que son dignas de estudio psicológico y sociológico por alguna de esas universidad extranjeras que son las que tienen dinero y gente con tiempo para dedicarlo a semejantes análisis de la población.
Me gusta mucho el modelo de la compra, porque pan no compro; pero me encanta esa ¿trucha?, así, a la pata la llana, mezclada con el chocolate, el queso, la leche y la piña, pero sobre todo, el de la mujer camino de la oficina con su i-pad, su agenda y demás zarandajas que nos hacen más ¿fácil? la vida. Me gusta mucho ese rojo de pasión, de decisión y de entrega. De todas formas, lo que más me gusta es que Castañer sea una firma española que siga apostando por la moda y por seguir dando pinceladas de belleza a la vida, aunque haya quien diga que el bolso es un martirio. De todas formas, si es un martirio prefiero que no sea chino.
2 comentarios
En encanta este tipo de bolsos! muy práctico. Yo cada vez llevo menos cosas en el bolso, por eso del dolor de espaldas, pero es un complemento imprescindible.
Acostumbro cada dia buscar webs para pasar un buen momento leyendo y de esta forma he localizado vuestra web. La verdad me ha gustado el post y pienso volver para seguir pasando buenos ratos.
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