El lujo del tiempo

Es el gran viajero sin retorno. No vuelve, no regresa. Y se va, se va… El tiempo se acomoda y se llama andana ¿Que se te pasó volando? ¿Que le costó arrancar y una vez en marcha se fue como el rayo? ¿Que se quedó varado en tierra de nadie?  Oiga, ¿y dónde hay que reclamar? El tiempo va a lo suyo y nadie lo puede atar corto. Se dispara, se escurre y si te he visto no me acuerdo. Hay quien se hace ilusiones, lo coge a lazo, se lo pone en la muñeca y cree que lo ha domesticado.

Entonces, y en función de quien firme la cárcel del tiempo, el tiempo se hace lujo. Un lujo que suele volver por Navidad. Esté atento.Vuelve porque es la época en que todo regresa, porque de vez en cuando hay que hacer un receso. Faltaría más. Es como si el calendario diera una tregua para atemperar los malos humos, para caldear el frío, para dulcificar los recuerdos. Salvatore Ferragamo lo sabe y ha espolvoreado de azúcar el lujo del tiempo. Y menudo lujo. Cuidado porque es de los que engorda «quilotes».

Salvatore Ferragamo, un zapatero prodigioso italiano que ejercía el noble oficio de vestir los pies, es ahora una potente firma que como todas las grandes nos suele sorprender con alguna de esas exquisiteces que hacen olvidar los estragos del tiempo. Lo detiene y aunque «tictactee» anda expuesto a todas partes para que en su orgulloso pedestal se nos olvide su sempiterna tiranía.  Pero, ojo, sus manecillas tienen mando en plaza.

En su línea de relojes la firma florentina acaba de lanzar tres bombones, el F-80 Cosc, que tiene nombre de bombardero, quizás porque es la bomba, metafóricamente hablando; el Gancino Bracelet y el Vara Baguettes. Los tres se han realizado en versión masculina y femenina, como corresponde a un tiempo igualitario.

F-80 Cosc

Concebido para un público masculino, pero al que se van todos los ojos femeninos, el nuevo cronógrafo F-80 Cosc (Contrôle Officiel Suisse de Chronomètres) destaca por su diseño y sus originales combinaciones de materiales. Un brazalete en titanio satinado con incrustaciones de cerámica negra acompaña a la caja perfilada en titanio de 44 mm, personalizada mediante un bisel superior de cerámica pulida en color negro, con detalles en tungsteno y un destacado logo de Salvatore Ferragamo grabado, para que a nadie se le olvide quien le echó el guante a su tiempo.

Gancino Bracelet

No hay tiempo que perder. Aquí hay que mirar  con detenimiento el original brazalete, formado por una serie de anillos de gancino, además de su caja curvada de 25 mm en oro y cierre de joyería. Este reloj de original diseño riza el rizo del lujo del tiempo y lo hace tangible.  El Gancino Bracelet se ha creado  en versiones más valiosas todavía con diamantes engastados en el bisel. Una inversión para quien quiera sacarle rendimiento a las horas, los minutos, los segundos…

Vara Baguettes

En este modelo el tiempo se hace exclusivo. No parte peras con nadie. Es una edición limitada de ocho unidades. Ocho trozos de un pastel exquisito, que se va consumiendo lentamente, como todo lo preciado, con voluptuosa delectación. La forma de su caja en oro rosa de 18 quilates se basa en la famosa hebilla Vara y se presenta totalmente cubierta, al igual que la esfera, con un pavé de diamantes talla baguette de 7,70 quilates. Este regidor del tiempo se sujeta con una correa de cocodrilo verde esmeralda con hebilla ardillón en oro rosa, para recordarnos que  por el lujo no pasa el calendario.