Se llevan los chales y las bufandas de punto; o sea, se lleva la artesanía. Seguro que recuerdas esos complementos hechos por las abuelas o alguna que otra tía. Mujeres que entonces sacaban el tiempo de donde fuera para tejer. Ahora dicen los neurólogos que esas labores previenen el Alzheimer. Se necesita estar atentas para no pasarse de la medida correcta y empezar a menguar en el momento justo. Y así darle la forma a la pieza. Entonces se ejercita la mente y la tienes ocupada que, al parecer, es una de las maneras posibles para sortear esa temible enfermedad. La artesanía, lo tengo escrito, es el lujo del siglo XXI. ¿No va a ser un lujo cuando hoy en día se puede adquirir por cuatro perras cualquier prenda a un coste demasiado elevado para el que la fabrica por un salario ínfimo y otro coste astronómico para el planeta? Lebor Gabala, nuestra firma invitada de hoy, apostó por la artesanía desde que se lanzó al ruedo de la moda hace más de veinte años. Y ahí sigue, esforzándose cada temporada por sacar al mercado prendas con su sello de distinción. El sello de lo bien hecho.
Hace un frío asesino, incluso en las calles de Sevilla, que es lo peor que puede pasar en la ciudad de la Giralda. Que haga frío en las casas, preparadas para el calor, es normal, pero ¿en la calle? Cuando te congelas en la calle es porque el frío es insoportable. Enero y febrero son meses tristes, grises, y con unas temperaturas tan bajas que, por ejemplo, en la casi siempre cálida Sevilla te tienes que tapar hasta las orejas. Se han puesto de moda los chales y las bufandas acogedoras, para abrigar el cuello y los hombros y mantenerlos protegidos del frío. En Lebor Gabala las podemos encontrar en una gran variedad de colores en lana de alpaca, con esos flecos que le dan dinamismo a un complemento en alza. Lebor Gabala, lo repito siempre que escribo de esta firma española, es la adaptación fonética de Leabhar Ghabhála Erenn, título de una obra de mitología celta que significa “el libro de las conquistas”. Pero también designa a una firma de moda femenina «made in Spain» que está conquistando tanto al público nacional como al internacional. Las cuidadas creaciones se deben a Maite Muñoz, su diseñadora, quien tras años de experiencia en la industria textil decidió plasmar todo su bagaje sobre su propio proyecto: una marca que se fundamentara en el punto.