Bolso cuna

por Clara Guzmán

El otro día comprendí por qué muchos hombres ironizan acerca del contenido de los bolsos femeninos. Me gustan los bolsos, pero nunca me he preguntado, con morbosa curiosidad varonil, qué lleva dentro del suyo esa señora que sale de un taxi como si flotara. Mira que es difícil bajar de un taxi sin perder la compostura… Ni tampoco qué alberga el de esa otra que va en el autobús con un sofoco de que no llego a tiempo y tengo que hacer la comida, planchar, poner la lavadora y hacer los deberes con los niños. Un bolso es una tarjeta de visita de quien lo lleva. Sin confundir valor y precio al machadiano estilo, un bolso habla y es bastante locuaz, a veces hasta llega a ser  impertinente en su verborrea. El otro día comprendí por qué muchos hombres ironizan acerca del contenido de los bolsos femeninos. Luego me fijé en el vistoso modelo «Mila» que acaba de lanzar  para este verano, en suave y delicada piel, la firma italiana Coccinelle y lo enjareté todo. En un despacho de esos que tienes que hacer antesala el tiempo suficiente para que el caché del profesional no se ponga en duda, oí  primero un susurro y luego un largo lamento. Allí sólo estábamos una chica, su mastodóntico bolso, y servidora y el suyo. Entonces me fijé que, en su corpulencia, aquel contenedor de vidas monótonas o aguerridas, de secretos inconfesables o de simples bagatelas, se movía. Y se movía porque el gato que se peleaba con el cepillo del pelo, el monedero, los klinex, un bolígrafo de propaganda, el móvil y su respectivo cargador, ya estaba harto de su bolso cuna. Aquel minino se había desperezado y se había saltado a pídola la consigna de todos los días. Quería ver qué había más allá del receptáculo en el que pasaba horas de obligada reclusión. Maulló y enarcó el lomo. Era su peculiar forma de pedir un sitio más habitable, de decir que estaba indignado ¿Habrá un hueco para él en estos bolsos de Coccinelle?

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17 comentarios

Tramadol Online without a Prescription 11 noviembre 2012 - 13:16

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Joesph Hinke 23 octubre 2012 - 21:34

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Kurt 17 septiembre 2012 - 16:00

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Àngels Hidalgo 20 junio 2011 - 18:36

Soc amiga de la Roser Fernandez Verjel, em va dir que ens podriem conectar per coneixen’s, jo soc disenyadora d’interiors i soc també pintora.
Em dius quelcom d’alguna manera?

Juancho 15 junio 2011 - 13:09

Tenía diez años y un gato…Serrat.
¿Telademoda? TELA DE LITERATURA. ENHORABUENA.

Carmina 15 junio 2011 - 0:17

Llevo más de una hora enganchada a este blog. Ni tele ni revistas ni nada. Lo mío desde que descubrí telademoda es esperar a que mis nietos se acuesten y recrearme leyendo textos tan bonitos como este del gato.Yo llevaba al mío, «Pelanas» en un capacho. De eso hace unos pocos años, cuando yo era mediojipilongui. Gracias por hacerme pasar tan buenos ratos.

Sara 14 junio 2011 - 23:00

Acabo de conocer el blog y me he llevado un sorpresón tremendo, me ha encantado todo de él. A la autora la he encontrado en Facebook, es una artistasa de los pies a la cavesa. Y creo que los comentarios que hacen los visitantes me parecen tan profesionales como ella. Eso es de agradecer. Um saludo sevillano

Gonzalo G 14 junio 2011 - 17:35

Los bolsos dan personalidad a la persona que lo lleva. Cuando hace poco iba a la facultad, veía cómo las compañeras españolas usaban un bolso pequeñísimo, mientras que las erasmus (extranjeras estudiantes, para aquellos que no lo sepan), llevaban unos enormes. Una distinción similar se comprueba en la gran pantalla. En el cine hay muchas mujeres y muy distintas. Una de las chicas más conocidas son las Bond, pero las que más interesan son las de Woody Allen. La principal diferencia es que van vestidas con chalecos, unos grandes bolsos y un psicólogo incorporado. Aguien sabrá por qué unas llevan bolsos grandes y otras, pequeños.

Gelu 14 junio 2011 - 16:58

Me encantan los gatos y no me podía imaginar encontrarme una historia tan tierna en este blog para publicitar un bolso que ni fú ni fá misifú.

Germán P. Segovia 14 junio 2011 - 0:29

No entiendo de moda pero me he enganchado a este blog. Tampoco conozco a la bloguera, pero debe ser muy especial.

Juan 13 junio 2011 - 18:36

Empiezan a ser numerosos los visitantes de este blog que mencionan lo altamente adictivo que puede llegar a ser. Es cierto, pero en ningún caso es tóxico, así que pasen y vean. Comparto con Victoria su mención a esos préstamos de ida y vuelta, que realizamos hombres y mujeres, de los objetos menudos que llevamos, unos en la chaqueta y otras en el bolso. Y también coincido con Charini en que la calidad de los textos de la bloguera, en algunas ocasiones, supera de lejos a la de los artículos anunciados.

Charini 13 junio 2011 - 16:07

El bolso es más bien cateto, las cosas como son, a mí me gusta el texto. De la nada saca un todo esta clarita guzmán

Dominó 13 junio 2011 - 16:00

Maravillosa esta entrada felina. Bonitos los bolsos en su sencillez. Me ha encantado la entrada de las tenacillas de las pestañas.

Victoria 13 junio 2011 - 13:11

Los hombres ironizan, sí, pero en cuanto pueden nos despachan todo lo que llevan en las manos para que lo guardemos. Claro que nosotras la devolvemos cuando vamos con vestidito mono y carterita de las que no cabe nada, y les endilgamos todo lo demás que nos parece indispensable. Y eso pueden ser muuuuchas cosas. Eso sí, no habría esperado nunca ver salir un gatito, qué bueno.

MARTA VERA 13 junio 2011 - 11:14

Jajajaja, pobre gatico!!!

Romero 13 junio 2011 - 10:16

Acabo de conocer este blog y no sé qué hacía yo antes. Me he metido esta mañana y ya son más de las diez y se me ha pasado el tiempo volando. Felicidades a la bloguera. Este artículo es muy tiero. Amo a los gatos.

Marta 13 junio 2011 - 9:16

Bonito bolso y bonito y original artículo. Bien por telademoda.

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