VELAS BAOBAB, EL LUJO AROMÁTICO

por Clara Guzmán

Me gustan estas velas aromáticas, porque dejan flotar una fragancia consistente, de las que perduran. Este verano las conocí en «Market Bilbao», una tienda muy especial de la ciudad vasca, y me las traje a Sevilla. Eran de Baobab, una empresa belga que cuida al máximo su artesana producción. Las enciendo con prevención. Ya saben: gatos, niños y cortinas son de alto riesgo. Y las enciendo porque hacen de una casa un hogar. Me encandiló el nombre, Baobab, como el árbol nativo de África continental, el llamado árbol de la vida o padre de muchas semillas. Aquellas que retiraba con afán «El Principito» de Saint-Exupéry por temor a que crecieran en su pequeño planeta. Yo no temo encender estas velas. ¡Qué voy a temer si me envuelven en un lujo aromático!

He leído en su página web que todas sus materias primas proceden de Europa, que los maravillosos vasos que contienen las primorosas velas se soplan a mano en Polonia, país reconocido en el mundo por sus artesanos del vidrio. La cera mineral (parafina) de las velas de Baobab Collection también procede de Europa. Las mechas, de algodón egipcio, son originarias de Alemania y los preciosos cueros de las ediciones limitadas, de las mejores curtidurías italianas. El envase se diseña y fabrica en Bélgica. Todas las fragancias se elaboran en Grasse, capital mundial de la perfumería, de donde se extrae, por ejemplo, el jazmín, una de las notas principales del mítico Chanel nº 5. Cada creación olfativa es una invitación a un viaje exótico. Doy fe.

Hoy traigo a telademoda la colección «My First Baobab», integrada por pequeñas velas y difusores, con sus mismos aromas evocadores que las velas de mayor tamaño de esta casa belga. Inspirados en esos viajes, a veces inalcanzables, pero siempre soñados, tanto en sus fragancias como en su diseño, transportan a Manhattan en abril; a dar un paseo veraniego por París, a sentir la brisa de Saint-Tropez en agosto o a soñar con una escapada a Miamen febrero. Así reza la nota de prensa, uno de mis géneros periodísticos preferidos. Los aromas suelen ser tan evocadores que puedes estar dándole a la tecla del ordenador y recordar el lujo del tiempo libre.

Las velas y difusores se presentan en vidrio con diversos dibujos serigrafiados, según el viaje que representen y desprenden aromas muy equilibrados, ofreciendo una amplia gama de identidades olfativas. Además, tras dos años de reformulación, Baobab Collection está feliz de anunciar que todas las fragancias son veganas. Las hay con una acertada combinación de notas amaderadas como el cedro, el sándalo, vetiver, pachulí, pino o ciprés, como las denominadas Brussels y Rome. Pero también, con un aroma definido por el reconocible olor a hojas y tallos recortados, que incluye notas verdes, acuosas o amargas de frutas como la grosella negra o el ruibarbo. Todas aportan dinamismo, alegría y naturalidad al aroma. Son las bautizadas como México y Tomorrowland. Pero hay más. Te invito a conocerlas y a prenderlas en tu hogar.

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