Las botas de caballería están muy arraigadas en la tradición menorquina. Me lo cuenta Charo Martín Albo, integrante del equipo de la agencia de comunicación de moda Finally Press (@finallypress). Y la firma de calzado Mascaró (www.mascaro.com) que tan ligada está a su tierra, las reinventa cada invierno, porque la moda es novedad, aunque sin perder su esencia. Le ocurre lo mismo a los trajes de flamenca. Varían cada temporada y son espléndidos si no los despojan de sus raíces.
Muchos diseñadores de moda se han inspirado en el mundo ecuestre. Los adornos con los que se enjaeza una caballería han llamado la atención a propios y extraños por su estética y significado. Mascaró, con los conocimientos legados de generación en generación, es una de las firmas españolas que mejor fabrica la bota para montar. Técnica y materiales de alta gama son su secreto a voces para recrear con acierto la elegancia intemporal de la hípica.
Esta temporada de otoño-invierno, que no sabemos si se la espera o hay que ir a buscarla, la bota Napoli se llevará todas las flores. Hay distintas versiones. A saber: la más icónica es la que se adorna con un estampado monograma en tejido jacquard de algodón y con un detalle de estribo en el tobillo. Luego está la más atrevida, que incorpora pequeñas tachas doradas decorativas o la clásica, que combina materiales como el ante y el cuero, ambas con una singular hebilla en la parte superior de la caña.
Pero no nos quedemos sólo en el diseño y vamos a adentrarnos en cómo realiza Mascaró cada par de botas. Además de contar con los mejores materiales y calidades, aplican las técnicas zapateras legadas de generación en generación. Así cada uno de los modelos que hoy traemos a telademoda tiene costuras ocultas, plantillas con memoria, suelas ultraligeras, materiales especiales cono el «strecth», reinvención de la identidad del logo, hormas propias y un cuidado patronaje. Así se consigue la excelencia y que Mascaró sea #acultureofshoes.