Hace unos años, las grandes firmas ofrecían sus colecciones contando que detrás de cada una de ellas había una historia, que era al fin y a la postre la de la marca. La trayectoria siempre ha pesado en el mundo laboral, pero si la trayectoria en el sector de la moda es artesanal su peso es oro. Mascaró, (www.mascaro.com) por ejemplo, fabrica calzado desde el año 1918 y en sus diseños refleja no sólo sus raíces, sino la misma historia de esa preciosa isla que es Menorca y a la que espero volver pronto.
Una de las especialidades de esta casa son las botas de montar o de caballería, que recogen la tradición de la herencia británica. La calidad de los materiales empleados, ligado a las manos artesanas que han aprendido la técnica transmitida de generación en generación, hacen que el producto final sea un diseño contemporáneo que se embellece con el uso y adquiere solera. Esa cualidad tan apreciada por quienes valoramos la esencia y la presencia de cualquier objeto bello que nos rodee o comparta nuestra vida.
En la colección de esta temporada que hoy traigo a telademoda destacan los detalles dorados, los trenzados y la mezcla de materiales. Aunque Mascaró es una firma muy conocida por los seguidores de mi blog, nunca está de más recordar su historia. Fue fundada por los hermanos Antonio y Pedro Mascaró y en sus inicios fabricaba y comercializaba zapatillas de ballet, que después evolucionaron a otro tipo de calzado. El grupo menorquín gestiona también la firma Pretty Ballerinas. En la actualidad, Lina Mascaró, perteneciente a la tercera generación familiar, dirige la compañía impulsando la internacionalización y manteniendo vivo el espíritu artesano y de calidad.