Rosalía de Jódar: Objetivos cumplidos

Es una joyita, como persona y como profesional. Rosalía de Jódar es polifacética. Lo mismo te diseña una colección de vestidos, que de complementos, que de tocados. Es creativa por parte de padre y luchadora por parte de madre, ¿se puede pedir más?

«A mis alumnos siempre les digo que tienen que tener una meta, saber cómo llegar a ella y elegir cuál es el camino. Lo primero que tienen que hacer es formarse, saber lo que quieren y tener las ideas claras. Me pone nerviosa la apatía, el que no se esfuercen porque todo les viene dado». La periodista se ha quedado perpleja cuando se ha enterado que esta diseñadora, de veintiocho años, a la que le llevaba siguiendo la pista durante un tiempo, es licenciada en Empresariales y Relaciones Laborales y da clases de Derecho Laboral en el Centro de Educación Secundaria María Inmaculada de Sevilla. Eso es por las mañanas, porque por las tardes, madrugadas y fines de semana se convierte en la diseñadora revelación de la temporada. «Estudié en Tecniprat, la escuela que dirige Fran Valderrama. Tenía tiempo libre y lo empleé en una de mis pasiones, la moda. Terminé hace año y medio y lo primero que hice fueron tocados, tras haber realizado un curso en Madrid. Empecé como todo el mundo, haciéndoselos a las amigas, así que en época de bodas se amontonaba el trabajo. Luego vinieron las joyas: anillos, pendientes, cinturones, pulseras, colgantes… Tengo la suerte de que mi suegro, Manuel García Calvo, es joyero artesano y cuenta con un taller, donde siempre ha hecho alta joyería. Se lo propuse y aceptó. Le hago los diseños, él me asesora y monta las piezas, que son de metal bañado en oro y con piedras semipreciosas. Vienen de Galicia y mis preferidas son el ónice,  el ámbar, la  aguamarina, la  turquesa y el coral».

Dice que para sus preciados anillos se inspira en libros de arquitectura  – Hilario, su marido, es del gremio-; en películas antiguas o en series de televisión. En cambio, para su último alumbramiento, una colección de vestidos de primavera-verano, cosidos en el taller de Lola Hidalgo, las musas han sido el movimiento, los volantes y los colores fuertes, los mismos que utiliza en sus tocados, a los que ha «desplumado» y «floreado». «Para ser diseñador de moda tienes que ser inquieto, interesarte por todo: películas, viajes, libros; ser muy trabajador y no creerte el mejor. Cada vez que acabo una colección me sabe a poco, quizás porque soy muy perfeccionista y me gusta terminar lo que empiezo. El ejemplo de mi madre, Mari Ángeles Lázaro, me acompaña siempre. Se quedó viuda con tres hijos y nos sacó adelante. Es profesora, muy trabajadora y vitalista. Es mi modelo a seguir, pero en lo luchadora, porque el creativo de mi familia era mi padre, Manolo de Jódar, al que le encantaban las antigüedades».

Rosalía de Jódar vende sus diseños en  su taller de la calle Olavide, 6 ; en la tienda Bruna, de Toledo; en el showroom TIS de Huelva; desde su blog  personal y en Parole, de María Contreras, la mecenas sevillana de los jóvenes diseñadores. «María ha confiado mucho en mí y no todo el mundo se arriesga,  y menos en estos momentos. Quizás mi secreto esté en que aquello que me imagino lo llevo a cabo, cumplo mis objetivos. Pero no quiero encasillarme; a lo mejor dentro de diez años me dedico a hacer zapatos».