La «revolución» de la firma Desigual continúa. No para de motivarnos para que vayamos jubilosos a adquirir sus prendas. Han cambiado de director creativo, lanzan colecciones cápsulas de diseñadores de postín y no cesan sus innovaciones, que al fin y al cabo es la razón de ser de las modas. Pero en Desigual también echan la vista atrás, así que han estrenado la primavera con la reedición de su prenda más emblemática: «The original Desigual Jacket».
Es decir, la chaqueta hecha de retazos de pantalones vaqueros, que dio origen y nombre a la firma. Creada por Thomas Meyer en el año 1984, regresa victoriosa en esta especie de homenaje que Desigual quiere rendirle y por extensión a todos aquellos que en su día se enamoraron de ella. La he vuelto a ver y me ha evocado aquellos comienzos de la firma afincada en Barcelona, que dio un auténtico giro a la moda informal.
Con una edición limitada creada a mano en los talleres de la compañía en la Ciudad Condal, la chaqueta ya está disponible en las tiendas, aunque también se podrá adquirir «online» en www.desigual.com en España, Francia, Italia y Alemania. Sin embargo, debido a su proceso de creación artesanal y personalizado, quienes deseen hacerse con un ejemplar único de esta prenda tendrán que estar muy atentos a las novedades que se irán anunciando en la web.
Cada semana se pondrán a la venta «online» únicamente 20 unidades, las piezas recién salidas del taller, en tallas y colores aleatorios. La chaqueta tiene un patrón «oversize»; o sea, grande, y gracias a su proceso de creación personalizado, cada una es una pieza única. Además, todas las unidades están numeradas. La nueva chaqueta está disponible con detalles de piel en negro, rojo, plata y azul y en tallas XS, S, M y L. Algunos modelos incluirán la imagen del ratón Mickey en la parte trasera.
Sinceramente, me fascina el origen de «The Original Desigual Jacket». Una prenda creada a partir de unos «stocks» de vaqueros usados, que no se vendían al ritmo previsto. Se creó entonces una cazadora con los fragmentos de esos pantalones, botones de latón y apliques de piel en los puños. Y en poco tiempo se convirtió en una prenda deseada, que proponía la reutilización como punto de partida para una nueva creación y encerraba algunas claves de lo que luego sería la filosofía de Desigual.