Desde el 9 de septiembre y hasta el 12 de noviembre permanecerá abierta al público, con entrada gratuita, una muestra sobre la trayectoria del modista español Manuel Pertegaz, en la sala de exposiciones del Canal de Isabel II de Madrid. La exhibición incluirá una selección de piezas desde sus inicios hasta el final de su carrera que, prácticamente, culminó con la realización del traje de novia a la entonces Princesa de Asturias, hoy Reina Letizia.
Este homenaje que la Comunidad de Madrid le va a tributar al modista turolense, de Olba, me recuerda a la exposición que de febrero a mayo de 2004, diez años antes de su muerte, se celebró en el Museo Reina Sofía de Madrid. Aquello fue un maravilloso recorrido por su trayectoria, con unas sugerentes túnicas, unos deliciosos abrigos de crepé y unos perfectos sastres, a los que el tiempo no había pasado factura; los había revitalizado.
Ahora, la exposición del Canal de Isabel II acogerá las prendas más representativas de su trayectoria. Comisariada por Amalia Descalzo y Raúl Marina, la muestra se distribuirá por las distintas plantas del edificio. En la planta baja estarán las piezas más icónicas, mientras que en las plantas primera y segunda podremos encontrar prendas de alta costura y prêt-à-porter con vestidos de fiesta, de cóctel y de día.
Los trajes de novia se exhibirán en la planta tercera y en la cuarta se proyectará un vídeo en el que la modelo Vanesa Lorenzo mostrará los diseños de Manuel Pertegaz. La mayoría de los trajes proceden del Studio Pertegaz, otros del Museo del Traje, del Centro de Documentación de Tarrasa y de colecciones privadas. La idea es que el visitante conozca el estilo y la obra del modista, uno de los más señeros de España.
La exposición cuenta además con un interesante programa de actividades culturales y educativas con el objetivo de profundizar en la figura y en la obra de Pertegaz, como son, por ejemplo, los encuentros en Canal. En ellos, distintos especialistas vinculados a la moda analizarán la muestra desde su punto de vista. Una exposición muy completa para quien ha sido todo un referente en la moda y como tal se le debe tratar.
Recuerdo hace ya algunos años, cuando tuve el honor de entrevistarle, que fue sincero y que no se anduvo con tapujos a la hora de comentar la relación entre elegancia y poder adquisitivo. “Ir bien sale carísimo y ocuparse de uno mismo también. Lo que el modista debe conseguir es que la mujer sea seductora, que la ropa funcione, que dure, que no se marchite en el armario». Un argumento que es todo un clásico, como él.