Un bolso es el mejor cómplice que tenemos. Nos acompaña a todas partes y su intencionado mutismo hace que sea un excelente compañero de viaje. Bolsos, como todas sabemos, hay muchos. Algunos merecen la pena, otros dan pena porque no siempre han tenido un buen hacedor. No necesariamente tiene que contar con pedigrí, pero sí debe ser el más acertado para la personalidad de su usuaria. De lo contrario, chocarían.
Las marcas andan todo el día de la ceca a la meca creativa a ver si dan con la piedra filosofal del bolso olímpico; o sea, el que más medallas se lleve. Cuando con el bolso suele suceder como con los amores de verano, que surgen por el método del flechazo. Si de primeras no te entra por los ojos, ya puede ser el más recomendado por esa multitud de gente que ahora se dedica a recomendar cualquier cosa, que será misión imposible.
Hoy traemos a telademoda.com el nuevo bolso Runway de Dior a ver si le salen novias. No todos son santo de mi devoción. Prefiero los más «sencillos», los ausentes de barroquismo extremo que luego tienes que hacer piruetas para que te combine con lo que llevas puesto. El bolso en cuestión se presentó en sociedad en el desfile de la colección otoño-invierno 2016-17 y dicen que gustó al auditorio.
Claro que lo de las notas de prensa que envían las firmas es como si una madre o abuela, que es aún peor, se pusiera a hablar de sus hijos o nietos. La objetividad nunca sería la invitada de excepción a ese monólogo sin pausa ni respiro. El bolso Runway se presentó completamente bordado, con cuentas y lentejuelas, que son adornos que están hasta en la sopa de un tiempo a esta parte.
Las lentejuelas, las cuentas y los bordados llegan a ser cansinos, sobre todo por su intensidad. Así que me quedo con los de pieles exóticas como el avestruz o el pitón, dejando incluso de lado los ya clásicos con el motivo «cannage» de la casa. El bolso lleva una tira corta y ancha que permite echárselo al hombro o asirlo con la mano, así como quien no quiere la cosa. Sí, como si hubiera llevado bolsos Dior toda la vida.
El bolso Runway, como no podía ser de otra manera, es el resultado final del diseño en el 30 Avenue Montaigne de París y del trabajo del cuero italiano, hecho a mano en un taller situado a pocos kilómetros de Florencia. Como buen producto artesanal está realizando utilizando técnicas tradicionales de manipulación de la piel, construcción manual de las asas y el montaje clásico del bolso en torno a una estructura de madera.