Me gustan los pendientes. Eso lo saben hasta los que chafardean o cotillean (según la región desde donde me lean) en Internet, porque lo he contado en las entrevistas (pocas, tampoco hay motivo) que me han hecho. Me gustan porque dan luz a la cara y dicen mucho de la mujer que los lleva. Al menos a mí me lo parece. De entrada, si es inconformista y no se pone los primeros que pilla. Los elige a conciencia.
Ahora, la Casa Dior acaba de sacar una colección de la que me quedaría tres o cuatro piezas, Dios mediante. Pero Dior pendiente la ha lanzado, como últimamente, pensando en el modista que dio vida a la Casa, en Christian Dior y en sus debilidades y preferencias. O sea, que el espíritu del creador del «New Look» sobrevuela por la imaginación de los creativos actuales de la firma francesa.
Los pendientes Dior Tribales son modernos, elegantes, asimétricos y atrevidos, dice la nota de Prensa, notas de las que soy auténtica «fan», que se dice ahora. Pero yo le añadiría luminosos, porque el pendiente del lóbulo de la oreja tiene que encandilar a quien lo lleva y a quien se fija en ellos. Un pendiente nunca puede ser anodino, tiene que ser como una campanilla silenciosa pero atrayente.
Los pendientes han retomado la perla. Ya saben, la perla va y viene en las tendencias de moda. Unas veces es tildada de rancia y otras de moderna. La perla, que además alegra los rostros apagados por el cansancio, la edad o la pechá de Feria que se avecina a pesar de esta primavera juguetona, donde el sol no para de jugar al escondite y le da cancha a la lluvia.
La perla en Dior está asociada a Mitzah Bricard musa, consejera y aliada de Christian Dior, quien siempre tenía en cuenta su opinión. Mitzah Bricard era la encargada de las colecciones de sombreros de la Casa francesa, pero la realidad era otra. La perla era su artículo fetiche y en los pendientes de la actual colección van acompañadas de las campanillas de los lirios del valle, flor de la suerte del modista.
Los pendientes Dior Tribales se presentaron por primera vez en el año 2013 y ahora se ofrecen en distintas versiones, adornadas con cristales, laqueada y metalizadas, para llevarlos combinados o de manera individual. Lo mejor de esta opción es que hay un sinfín de posibilidades para obtener unas piezas diferentes, distintas y atrevidas. Todos esos adjetivos tan necesarios para ser único.