Fernando Claro, nazareno de Dos Hermanas, ha vuelto a dar guerra en la presentación de su nueva colección de otoño-invierno 2010-11, inspirada en la milicia de los chinos mongoles del XVIII. Como siempre, el diseñador busca la metáfora y en esta ocasión su ropa va destinada a una mujer combativa. Esa mujer que sale todos los días a la calle a luchar en todos los frentes.
Son las guerreras urbanas de Fernando Claro, rematadas por los tocados de otra luchadora, Ana García, conocida en el siglo como Cherubina. Así presentó este diseñador su nueva metáfora de la vida y de la moda. Mujeres que en sentido no tan figurado salen a pelear a diario no sólo en sus respectivos campos de batalla laborales, sino también en la defensa de su condición femenina. Fernando Claro lleva tantos años en la profesión, junto a Charo Guerrero, su mujer y mano derecha, que conoce al dedillo el terreno en el que los sueños se alían con las realidades. «Siempre he admirado mucho a la mujer, a su disposición para luchar y emprender proyectos que a veces requieren de muchos sacrificios. Con esta colección he querido de alguna manera homenajearla, porque se necesita ser muy valiente para salir a pelear a diario. Siempre busco imágenes nuevas, aunque a veces sea inspirándome en el pasado. En esta ocasión mi referente ha sido la milicia de los chinos mongoles del XVIII, adaptando sus volúmenes a la mujer de hoy, a sus necesidades».
Las tallas grandes
De todas formas, Fernando Claro dice que en sus desfiles de moda intenta hacer un espectáculo de estética. «Quiero que la gente que vaya a mis presentaciones disfrute del espacio, de las modelos, de la ropa, que por supuesto tiene que ser muy atrevida. En la moda pasa como en otros campos de la vida, cuando estamos en un momento de transición hay que arriesgarse. Yo pertenezco a ese tipo de diseñadores que intenta seguir adelante aportando modelos nuevos, rompedores. En esta colección propongo volúmenes en caderas y hombros, marcando la figura. Es una imagen más futurista de lo que se hablaba que iba a ser la moda en el 2000. Una moda galáctica, decían los entendidos, cuando fue al contrario, la moda se hizo conservadora. Ahora, con este aumento de las caderas, con esta silueta, que algunos calificarán de chocante, pero que puede ser más atractiva y estéticamente bonita, creo que la moda empieza a definirse e incluso se empiezan a poner los cimientos para que este año 2010 sea un referente, como fueron otros períodos a lo largo de la historia de la moda».
Con la alusión al aumento de las caderas y por hilvanar ideas le pregunto a Fernando Claro sobre esa campaña que un sector de la moda está llevando a cabo en contra de la tiranía de las tallas minúsculas, exhibiendo en algunas ocasiones sus prendas en modelos tan rotundas como Crystal Renn o en actrices y cantantes como Garbourey Sidibe o Beth Ditto. «La inclusión en los desfiles de tallas grandes es para mí una provocación; está dirigido a que la prensa hable; es decir, marketing. Cuando yo presento mis colecciones intento que el conjunto sea lo más atractivo posible y todos sabemos que eso se consigue con modelos de las tallas 38 y 40. No obstante, las empresas tenemos que tener en cuenta que para subsistir debemos vender y, por tanto, son las mujeres con un tallaje normal las que mantienen a los diseñadores».
Ropa única
Aunque la clave, según este diseñador, está en diferenciarse en un mundo globalizado, en el que la gente acaba saturada de que se pueda acceder a todo en cualquier momento. «Substistimos por ofrecer diferencia, por ser únicos y tener una atención exquisita y especial. La gente demanda diferenciarse y no caer en la masa. Sales a las ciudades y te encuentras siempre las mismas tiendas en todas partes. Si lo que quieres es ser distinto, lo que pides es exclusividad. Me viene a la cabeza un anuncio de la televisión, en el que quince amigas se llaman para ponerse de acuerdo en no llevar el mismo vestido, porque todos queremos ser únicos en un mundo globlal. Hay diseñadores como Nicolás Ghesquière, director creativo de la firma Balenciaga desde 1997, que están intentando que la imagen de la mujer sea diferente, conscientes de que los consumidores demandan más calidad en la factura, más individualidad y personalidad, porque nadie quiere llevar lo mismo que el resto».
Fernando Claro está convencido de que la gente cuando quiere algo especial busca ropa única. «Cada día el consumidor entiende más de moda, pero llevándola a su terreno. Aunque de lo que más entiende es de las cosas bien hechas. De todas formas, la palabra moda tiene para mí una connotación de algo viejo. Cuando se presenta una colección, para el diseñador deja de ser moda porque inmediatamente empieza a pensar en la siguiente. Es todo tan efímero que de novedoso pasa a ser caduco en un momento».
«No soy políticamente correcto»
«Los poderes públicos no entienden de moda, lo que quiere el político es quedarse en su puesto y lo único que pretende arrimándose a las asociaciones de diseñadores es sacar provecho. Ahí tenemos a Surgenia, el recién creado Centro Tecnológico Andaluz de Diseño, dependiente de la Junta, que no presta toda la atención que debiera al sector. En Surgenia, por ejemplo, se ayuda a gente que no es de aquí y eso no es de recibo, además de tirar el dinero. Lo que debería hacer Surgenia sería dar ayudas que reviertan en la Comunidad Autónoma, si es verdad que apoyan al diseño andaluz . Porque si a mí me ayudan promocionando más mi marca, haría más ventas y por tanto podría contratar a más gente que quitaría del paro; o sea, generaría riqueza para mi tierra». Así de crítico se muestra Fernando Claro, quien justifica su actitud con una rotunda frase: «Yo como no soy políticamente correcto y no le debo nada a nadie digo lo que me parece oportuno».
Y continúa sus reflexiones en voz alta: «Las pasarelas de moda en Andalucía sí que sirven, lo que ocurre es que no tienen peso en España como lo tienen, por ejemplo, las de Valencia y Castilla-León. El poco dinero que da la Junta va destinado a pagar a las modelos y el espacio, pero no hay presupuesto para traer a la prensa especializada que se encargue de difundir la noticia. Luego está la cuestión de que si lo que se presenta en las pasarelas es de diseño o comercial. Creo que debería haber una selección para determinar qué diseñadores desfilan y eso se conseguiría con un comité de moda severo, que se apoyara en unas bases mínimas, que, por supuesto, habría que cumplir. Sí, es verdad que en la Pasarela Cibeles también se presentan colecciones muy comerciales, pero del total suele haber diez que exhiben algo novedoso, pero con la ventaja de que es Cibeles y ese trabajo trasciende».
6 comentarios
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Me encanta que este diseñador tenga como mano derecha a su mujer. Lo felicito.
A mi me parece de los más originales diseñadores de Andalucía, que hay mucho cateto suelto, la verdad.
Saludos desde Córdoba
Pues a mì si que me gusta una jartá Fernando Claro,¿pasa algo?
Me gusta Fernando Claro, aunque esta colección la veo demasiado moderna.
Buenas tarde Clara, te felicito por la entrevista ya te ley el sábado.
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