Me gustan los bolsos. Me gustan porque no dejan de ser piezas cargadas de misterio. Como una Caja de Pandora asida al brazo. ¿Qué llevará ahí dentro? ¿Qué llevaré que levante murmullos de admiración, de expectación, de intriga? Me gustan los bolsos porque son además la tarjeta de visita de su usuaria. De qué pie cojea económicamente hablando y hasta políticamente. Dicen los psicólogos, que ya saben que es una carrera con muchas posibilidades, que en función de si es un modelo abierto o cerrado, nuevo o desgastado, indica el carácter de su portadora. O sea, un complemento enigmático cien por cien.
Ahora me acaban de mandar las fotos de los Lady Dior de la campaña 2015, que tienen un nombre muy femenino y una estética futurista, de esa que imaginábamos allá por el siglo pasado cuando nos hablaban del año 2000. Y que a más de una ha decepcionado cuando no ve robots por las calles hablando un lenguaje críptico ni, ¡ay! limpiando las casas. Bueno, tenemos nuevas tecnologías. El caso es quejarse. Y la queja es ostentación. Lo dijo el escritor Sándor Márai y creo que lleva más razón que un santo. Las imágenes están realizadas por un grande de la cámara, Peter Lindbergh y la modelo es Marion Cotillard.
Marion Cotillard tiene esa estética fría: sí, gélida, con la que se suele escenificar el futuro, aunque el futuro, ya lo hemos aprendido de tanto esperar, es ahora. Bueno, pues la chica aparece sola, que se está mejor que mal acompañada, en un árido desierto, rodeada de gigantes paneles solares. Que son realmente paneles solares, no molinos de viento. Con esa parafernalia lo suyo es llevar bolsos, bolsos Lady Dior, en piel metalizada y con motivos gráficos, realizados a partir de lentejuelas. Todo con esa «distancia» que impone el porvenir.
1 comentario
Lo prometido es deuda, te dije ayer que me pasaría y daría un vistazo al blog y tengo que decir que ha sorprendido gratamente.
Me ha encantado este artículo y tengo que claro que me quedaría con el plateado, no creo que lo dudaras Clara por el bolso que llevaba ayer, jajaja.
Qué razón tienes de que se conoce a las personas por los bolsos que llevamos y si supiéramos que contienen, en ocasiones nos llevaríamos más de una sorpresa. Pero eso también tiene su encanto.
Los comentarios están cerrados