Hasta el 30 de este mes de noviembre nos da tiempo a irnos a Milán y pasarnos por el Palazzo Morando y ver la exposición «Hat -ology», que recoge los más originales sombreros de Anna Piaggi, escritora y editora de moda italiana, de la que ahora se cumple un año de su muerte. Una muestra dirigida por su sombrerero favorito, Stephen Jones, del que además se expone su «Union Jack Hat» (el preferido de la Piaggi), así como diseños realizados por Chanel o Schiaparelli, las contumaces adversarias. Una cita que no pueden perderse los amantes de ese complemento que dicen resurge en época de crisis.
Dicen que ser editora de moda lleva consigo ser diferente. Bueno, diferente es para algunos ser excéntrico y para otros ser original. Cada cual que se quede con el adjetivo que más le convenga y el que no se decante por uno u otro, que siga remando. Anna Piaggi, directora de una prestigiosa revista de moda italiana, murió con 81 años dejando un legado de más de ochocientos sombreros poblando su casa, llena de antigüedades, y donde ocupaba un lugar de honor su ya famosa Olivetti Valentine roja del año 69, donde seguía escribiendo sus artículos, porque desde el principio le hizo la guerra al ordenador.
La exposición consta de cuatro salas inspiradas en la casa de Anna Piaggi, donde también se ha recreado el baño. Es precisamente en esta habitación donde, en unas vitrinas de cristales, se exhiben los diseños de Chanel y de Galliano, los preferidos de esta mujer que siempre viajaba con sus sombreros a cuesta. Eso sí, metidos en unos baúles de Louis Vuitton. De todas formas, aunque Anna Piaggi tuviera sus creadores de sombreros favoritos, ella solía «tunear» cada uno de ellos dándoles su toque personal. Es decir, recargándolos, para entendernos.
Según escribía el pasado sábado en Yo Dona Suzy Menkes (otra escritora de moda original/excéntrica) una asociación cultural formada por la familia de Anna Piaggi está colaborando con el London College of Fashion para catalogar todos sus sombreros, además de su colección de ropa «vintage» y su obra escrita y visual. El objetivo es crear una exposición itinerante. En la que se celebra estos días en el Palazzo Morando de Milán hay desde un sombrero de hueso de ballena de Galliano hasta una gorra de béisbol de Prada. O sea, para todos los gustos y colores.