Libros. Caído de las nubes

Decía Oscar Wilde (al que nunca pararé de mentar) que no existen más que dos reglas para escribir: tener algo que contar y contarlo. Y servidora, que es un poco puñetera como toda niña refranera, añade que contarlo bien. Contarlo bien como lo ha hecho el sevillano Pepe Toro, casi un chaval, en su ópera prima «Caído de las nubes» (www.caidodelasnubes.webs.com). Si una no siguiera de cerca la actualidad, sería escéptica ante un argumento a primera vista inverosímil, pero, ¿es que no nos sorprenden a diario esas noticias en las que una persona era ayer normal y corriente y hoy se ve metida, a veces sin comerlo ni beberlo, en un embrollo disparatado, en el que incluso peligra su vida?

 «Caído de las nubes» es una novela que te arrastra de un capítulo a otro con un ritmo sin sosiego en el que el protagonista, Alejandro Badilfe, va intentando salvar, como puede, una serie de escollos que, una especie de vida paralela que ignoraba le ha ido poniendo en su camino. El escenario es Sevilla, últimamente muy solicitada para argumentos misteriosos y trepidantes, pero en esta ocasión descrita desde el conocimiento de un autóctono, que sabe el terreno que pisa, sin necesidad de disfraces. Un estudiante sale una noche, toma unas copas, se obnubila y esa persona con la que tuvo una acalorada discusión aparece muerta en un hotel de postín de la ciudad.

A partir de ahí, el joven se ve inmerso en un mundo ajeno a su vida diaria; esos mundos que todos sabemos que existen pero que siempre vemos lejanos a nuestra piel; de los que creemos que nunca nos pueden contaminar. Pepe Toro publicará en breve la segunda parte, Venganza, que será la réplica a Acusado, en este «Caído de las nubes» editado por Bubok (www.bubok.es), donde puede adquirirse en libro electrónico y a domicilio. Pero los interesados también lo pueden encontrar en las librerías de Sevilla: Yerma (en Viapol); Román (Los Remedios); Beta y Casa del Libro, bajo demanda, y en el IES Los Viveros. ¿Logrará Alejandro Badilfe volver a su vida de universitario normal, aunque marcado para siempre por el destino?  Seguiremos informando.