Sí, todo el mundo habla de la crisis del textil, que si lleva más de un siglo en ese estado o modo crisis, como se dice ahora; que si no levanta cabeza, que si es una sangría laboral. Pero luego resulta que tenemos a Amancio Ortega y a su buque insignia Zara, que en la actualidad vale alrededor de 60.000 millones de euros en bolsa, aunque también haya sido tocado por la vara de la caída del consumo. ¿Qué pasa en el sector textil español para que unos – los menos- estén a la cabeza y otros no la levanten desde hace tiempo? Razones hay unas pocas y voy a intentar exponerlas.
Alrededor de 46.300 empleos y cerca de 4.200 empresas menos en España, con un descenso de las ventas del 21%, es el triste balance de los últimos años en el sector textil, según un reciente informe que recopiló los datos de la Asociación empresarial del Comercio Textil y Complementos, el Centro de Información Textil y de la Confección y la Federación Española de Empresas de la Confección. Pero lo más duro es que la caída del consumo interno no compensa el aumento de las exportaciones.
No obstante, es bien cierto que el textil se basó durante años en contar con una mano de obra barata, sobre todo femenina. Mujeres con apenas formación pero muy habilidosas para la costura. Trabajo que servía a veces para sacar adelante la economía familiar. Ya en pleno siglo XXI muchas empresas quisieron seguir esa misma dinámica deslocalizando parte de su producción, sobre todo a Marruecos. Las prendas se abarataban, pero perdían calidad.
A esta circunstancia se unió la llegada de productos chinos a raíz de la liberación de las importaciones de ese país en el año 2005. La situación empezaba a ser asfixiante. Como el resto de la economía española, el sector está dominado por las pymes (pequeñas y medianas empresas), donde el acceso al crédito es muy difícil o nulo. Además, la mayoría de estas empresas cuenta con tecnologías obsoletas. No invirtieron nada o muy poco en innovación, en I+D, al no entender que en determinados momentos y ocasiones los gastos no son gastos, son inversiones.
El panorama es poco alentador y sin embargo florecen empresas que descuellan no sólo en España, sino fuera e incluso sus modelos de negocio son estudiados en las principales universidades del mundo. Ahí tenemos a la gallega Zara y a las catalanas Mango y Desigual. «Todas ellas tienen una serie de factores comunes, como sus orígenes más o menos humildes, la capacidad de aprendizaje, la búsqueda de la excelencia y la configuración de buenos equipos de profesionales», dice el profesor del departamento de Estrategia y Dirección General de Esade, Alberto Gimeno, en una información del periódico en papel «La Vanguardia».
«A lo anterior -continúa- se añade la globalización y la tecnología- que se retroalimentan la una a la otra-, sin las que hoy no existiría ninguna de las cadenas de distribución más conocidas». Su conclusión, como la de otros expertos, es que las pymes deben adaptar sus modelos a los nuevos tiempos y aprovechar las oportunidades que ya se están presentando. Imagino que se referirá a la internacionalización, donde ya han echado las redes muchas pequeñas empresas con no pocos sacrificios, porque no tienen tan a mano el acceso al crédito, y son, por tanto, a las que más les cuesta remontar.
4 comentarios
Pues a mí siempre me gusta que le vaya bien a los empresarios, aunque tengo que decir que no a costa de que otros sufran, con largas jornadas de trabajo, bajos salarios, sin horas extras remuneradas y con mano de obra infantil… Así no!
Buenas noches, este post es muy interesante, pero es verdad que Inditex no se gasta nada en diseñadores españoles, porque su objetivo es copiar, hacer una falsa democratización de la moda. pero me gusta como lo has explicado. Este blog es muy bueno y es la primera vez que entro, pero ya me he hecho suscriptor.
¡Muy interesante el post y el blog! Debería haber más blogs como el tuyo, enhorabuena.
Hola me gusta como lo explicas, con claridad.Gracias.
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