Balenciaga y el cine

Marlene Dietrich, en la película «Encuentro en París»

Hasta el 13 de octubre- o sea, tenemos tiempo-, permanecerá abierta, en el Museo Balenciaga de Guetaria, la exposición fotográfica «Un sueño de Balenciaga, el cine». La muestra,  cuyo comisario es el fotógrafo vasco Pedro Usabiaga, consta de un centenar de instantáneas de gran formato que  recogen el trabajo del modista en más de una veintena de películas, donde vistió a divas de la gran pantalla como Ava Gadner o Ingrid Bergman.

Cristóbal Balenciaga, silente y circunspecto

No es ningún tópico decir que Cristóbal Balenciaga es el más grande modista que ha dado la historia, al menos la patria, aunque no se quedaría atrás en la lista de los más insignes del mundo. Por eso cualquier celebración en torno a su obra es digna de elogio. Es un placer para los amantes de la belleza contemplar esas obras de arte que salieron de su magín. En Sevilla, tenemos un «botón» en la exposición «Santas de Zurbarán. Devoción y persuasión», que le da sopas con honda al resto de exhibidores textiles. La veteranía y el oficio son grados y la verdad es la verdad dígala  Agamenón o su porquero.

Ingrid Bergman, vestida por el maestro de Guetaria en «Anastasia»

No sé cómo se hubiera llevado Balenciaga con las redes sociales con ese carácter suyo tan cartujo y tan poco dado a la exposición pública.»No te quemes en sociedad», solía decir, con ese conocimiento de causa del que viene de vuelta de todo y no le hace falta darse un garbeo para que lo conozcan y lo respeten. No lo sé, pero lo que es cierto es que en este avanzadillo siglo XXI las redes son los voceros más rápidos. Los más fiables, no; los más rápidos. Por ellas nos enteramos a veces de lo que no nos cuentan los grandes de la comunicación, para los que algunas cuestiones son insignificantes y como tales, «poco informativas».

Lyla Rocco, en «Alta costura»

Las imágenes de esta muestra recogen de manera cronológica, según informa Efe, el vestuario que el creador guipuzcoano ideó para una veintena de películas, además de los diseños que lucieron estrellas del cine como Ava Gadner, Elisabeth Taylor, María Félix, Conchita Montenegro, Grace Kelly, Romy Schneider, Marlene Dietrich, Brigitte Bardot o Ingrid Bergman, en la gran pantalla o en su vida privada. Cuentan que Marlene Dietrich comentó un día: «La primera prueba con Balenciaga es como la tercera con cualquier otro modista».

Conchita Montenegro, en «Idolos»

La exposición, que ocupa la primera y la segunda plantas del Palacio Aldamar, dedicado a las muestras temporales, anexo al emblemático edificio del Museo Balenciaga, demuestra además que , «el Mozart de la costura», como lo llamaba Givenchy,  trabajó para la gran pantalla de una forma activa. Todo empezó en 1936, año del estallido de la guerra civil española. Balenciaga se instala en París, donde recibiría los elogios que se le escatimaban en su país.  Hasta el significativo 1968, sobre todo para Francia, prácticamente cada año hizo una película o una obra de teatro, con los directores más señeros de la época.

En «El ángel vestido de rojo», Ava Gadner lució creaciones de Balenciaga

«Desde 1939 con la película ‘Pièges’ del director americano Robert Siodmak, hasta ‘La Piscine’ de Jacques Deray en 1968, el modista estableció una colaboración estable con realizadores tan importantes como Marcel Carné («L’air de Paris»); Alfred Hitchcock («Con la muerte en los talones»), Stanley Kramer («Vencedores y vencidos») o Anatole Litvak («Anastasia»). Aquí queda la obra de este hombre «hecho de secretos y de pudores extremos, que vivía- según Ungaro-obsesionado por la pasión del sentir y comunicarlo sin palabras».