Los datos son escalofriantes por muy poca sensibilidad que se tenga. Producir una camiseta supone un consumo de 2.700 litros de agua y unos vaqueros, 7.000. Y si seguimos con las cifras nos topamos con que cada año se fabrican en el mundo 10.000 millones de prendas, el doble de la producción de hace tres lustros, para que el 30% no sea comercializada.
Y continuamos con los datos. Casi 430.000 millones de euros se pierden cada año en el mundo por prendas de ropa que apenas se utilizan y que en muy escasas ocasiones se reciclan. Siempre he defendido que la moda es uno de los sectores económicos más importantes del mundo, generador de una gran cantidad de puestos de trabajo directos e indirectos. Pero llegados a este punto hay que reflexionar sobre algunas cuestiones de gran trascendencia, como el respeto al medio ambiente.
Vestido sostenible de Esprit
Cuando mis alumnos me preguntan por los avances más señeros en el sector de la moda en este nuevo siglo, mi respuesta es el despertar de una conciencia medioambiental cada vez más activa en la población. Las últimas noticias han supuesto un auténtico aldabonazo para hacer de la sostenibilidad no sólo un reto, sino una necesidad inexcusable.
La moda es la segunda industria del planeta más contaminante, sólo por detrás del petróleo. Durante años se ha mirado hacia otro lado porque las empresas temían su desprestigio y por ende su ruina. Era sabido y consentido en esta industria, a la que muchos denominan el negocio del siglo XXI, el daño causado a la naturaleza. Viendo de qué tonalidad bajaban las aguas del río Buriganga, en Bangladesh, se sabía el color que se llevaría la siguiente temporada.
Es verdad que uno de los factores a tener en cuenta es el desorbitado consumo. Esa fiebre por comprar, por poseer, la mayoría de las veces sin ton ni son. El exceso consumista ha propiciado campañas de firmas de prestigio que aconsejan reducir nuestro volumen de compras y adquirir prendas duraderas. Volver a aquella especie de mantra, con mucha cabeza, de que lo barato es caro y de que la ropa es una inversión.
No es fácil volver a la compra sosegada y meditada de tiempos pretéritos cuando hoy consumir ya, ahora mismo, sin dilación, se ha convertido en una especie de religión. Otras firmas de solera han optado por lanzar colecciones sostenibles, sin temor a que eso perjudique sus cuentas de resultados. Ya hay clientes que preguntan no sólo la composición de la prenda, sino si la firma cuenta con una línea cien por cien respetuosa con el medio ambiente.
Hoy traemos a telademoda varias. A saber: El 25% de toda la colección de primavera-verano 2019 de la firma americana Esprit es sostenible, porcentaje muy elevado para una marca de tanta envergadura. Su propósito es seguir con una producción más responsable. Tommy Jeans acaba de abrir su nuevo Denim Center en Ámsterdam, el primer espacio en Europa dedicado a producir denim de una forma más rápida, consistente y sostenible.
Además, la colección de esta primavera-verano cuenta con prendas vaqueras en denim 100% reciclado, desde el hilo hasta los botones. Por su parte, la marca alemana Birkenstock tiene todos sus modelos más icónicos en versión vegana, lo que le hizo ganar el año pasado el premio PETA2 a la empresa de calzado más respetuosa con los animales. Y Better Denim es la línea de «jeans» ecológicos que ha creado la firma italiana Liu Jo para la temporada de invierno.
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