Concha Barón pinta a la moda

Reportaje gráfico: De la Fuente

¿Tienes unas sillas simples y sosas, más que la calabaza, y quieres darles un alegrón? ¿Un alegrón, pero de los que dejan huella porque nunca te podías imaginar que tu salón se convirtiera de pronto en un lugar donde todo el mundo posara la vista? Las posara en el emperador, la emperatriz y las concubinas que Concha Barón  (www.conchabaron.es) ha pintado en una tapicería que no decía nada. Ahora, esta pintora la ha puesto a hablar. Lo mismo que pone a hablar a todo aquello que sea susceptible de ser animado por sus pinceles. La lista es larga.

Concha Barón es licenciada en Bellas Artes, en la especialidad de Diseño Gráfico y Grabado. Pasó seis meses en Italia haciendo un curso de pintura en seda y serigrafía textil y cuando volvió a su Sevilla natal empezó una desenfrenada investigación sobre una disciplina en la que lleva sin parar desde hace más de diez años.  A Concha Barón se la conoce por sus pinturas en seda y en textil, que ahora también abarca el hogar.

En su estudio-taller realiza fulares y pañuelos de señora y caballero (muy apreciados los de bolsillo); broches, collares, bufandas, cinturones, capitas, chaquetas o kimonos, que empezó a hacerlos hace más de cinco años, mucho antes de la fiebre actual por esta prenda oriental. Prenda que previamente es confeccionada por una costurera. La pintura en seda es muy colorista, son piezas alegres y llenas de vida.

Pero además de pintar en seda, Concha Barón hace pintura textil en algodón, donde el cliente, que hará los encargos con diez días de antelación, tiene que poner la materia prima. Su creatividad se plasma en manteles, servilletas, toallas, cojines, cortinas, delantales, bolsas para la compra, la playa o para rellenar de lavanda; colchas, cabeceros… «He tenido encargos de distinto tipo, sobre todo para manteles, con pájaros de las marismas, unas perdices con sus perdigones o unos mirlos  salpicados de buganvillas».

«Me suelo inspirar en la naturaleza, porque estoy acostumbrada al campo. De niña, llenaba los blancos de los libros con dibujos de caballos. La gente viene a mi taller, ve lo que tengo y elige, pero hay una mayoría que tiene su idea y yo la plasmo, como un mantel con bellotas para una casa de campo u otro con insectos y plantas. Aparte del estampado a mano con plancha de linóleo, hago diseño textil que luego se imprime digitalmente, según demanda, en los tipos de tela que elige el cliente: sarga, popelín, gasa, loneta o seda».

A Concha Barón se la puede localizar en su estudio-taller de El Muro de los Navarros; en el mercadillo de la Alameda de Sevilla (frente a la Casa de las Sirenas) el último domingo de cada mes; en su página web, en Facebook, (https://es-es.facebook.com/conchabaronpintura), en Twitter y en Instagram. Para mostrar algunas de las piezas que realiza, hemos contado con cuatro modelos de excepción: Cristina Molina, Marta y Nicolás Velasco y Loreto Blanco, con la inestimable colaboración del galgo Felipe, de cinco  meses, y de Luke, un jack russell que no dijo ni guau.