Carolina Herrera y el sentido común

Foto: Arthur Elgort

No conozco personalmente a Carolina Herrera, pero hoy la he conocido mejor gracias a la entrevista de  Paloma Simón, en Yo Dona. El gran César Gonzalo-Ruano, al que tampoco conocí, pero me preocupé de saber de él, como de otros maestros periodistas, decía que una entrevista la hacen entre dos y la cobra uno. En ese ir y venir de preguntas y respuestas, esta venezolana que rezuma estilo y clase, y que acaba de ser nombrada Diseñadora del Año en los Annual Style Awards, ha dado una gran lección de sentido común, ya saben, ese que es el menos común de los sentidos. Desde el principio al fin  de la entrevista ha sido de lo más sensata, eso de lo que todo el mundo huye en pos de erigirse en original para caer en los sempiternos balidos.

Para empezar ha puesto a la lengua castellana en su sitio al decir que no le gusta la palabra icono en la acepción que se usa hoy en día. A  mí, tampoco, señora. «Hoy todo el mundo lo es. Haces cualquier cosita, siembras un árbol y te vuelves un icono porque te fotografían. Para mí, iconos son todos esos cuadros rusos maravillosos que cuelgan en las paredes». Empezamos bien, esto se pone interesante, me digo, mientras veo las fotos de esta diseñadora que no se muerde la lengua al hablar sin rodeos de la palabra comercial y su relación con la moda. «La idea es producir- dice-, para estar en el negocio de la moda y tener una compañía, tus propuestas deben ser comerciales. Es un mito eso de que los vestidos tienen que ser para la pasarela, para tenerlos en tu atelier.

Se ven divinos en sus perchas, pero nadie se los pone ¿Qué genialidad de diseñador es esa? Si no eres comercial, no eres nada». Con una fina ironía, Carolina Herrera contesta a la pregunta de la periodista de si hoy es imposible vestir mal con un contundente: «Ah, sí, me encanta lo de la democratización de la moda. Todos trabajamos para Zara. Copian las ideas de vestidos muy caros y muy buenos. La moda está globalizada». Más adelante suelta una de esas verdades como puños que muchos callan para no «herir sensibilidades». «En los desfiles de moda lo más importante son las editoras, no los famosos. Ahora basta con aparecer en el periódico más de una vez para convertirse en una estrella sin hacer nada.

Y si juegas bien al tenis eres un buen diseñador de moda. Hay niñas que no hacen nada, salvo participar en un reallity y, de repente, son diseñadoras…No lo entiendo». Habla del asunto Galliano diciendo que se magnificó. «Es un hombre con mucho talento. Hoy, con los teléfonos, no hay privacidad. No creo tampoco en el Facebook privado, es una red social útil sólo para las compañías». La diseñadora que ha elevado a las alturas a la socorrida camisa blanca, opina también de los blogs de moda. «Divertidísimo…Una niña de trece años haciendo una crítica de la colección desde su casa…» Carolina Herrera, genio, figura y sentido común.