André Courrèges, uno de los diseñadores más señeros de la moda francesa, murió la noche del siete de enero en su casa de Neuilly-sur-Seine, cerca de París, después de más de treinta años librando un duro combate contra el Parkinson. Courrèges, desconocido para las nuevas generaciones, se disputó durante un tiempo «el descubrimiento» de la minifalda con la británica Mary Quant.
El 1 de abril de 2013 le dedicaba, en este mi blog, telademoda, una especie de homenaje a quien fue todo un símbolo de la moda del siglo XX. Arquitecto, futbolista y diseñador, Courrèges fue uno de los creadores más copiados de su época y de las que le siguieron. Pero, claro, para eso están los maestros, para dejar estela y que sus alumnos la sigan, pero tampoco a pie juntillas.
Courrèges le dio un vuelco a la moda de los años sesenta, al estructurar y simplificar al máximo la ropa femenina. En esas fechas la mujer se iba incorporando al mundo laboral y necesitaba ir cómoda, práctica y estilosa. En sus vestidos de aparente simplicidad se notaba que el diseñador francés había tenido un buen maestro: el español Cristóbal Balenciaga.
Once años estuvo con el creador de Guetaria, para luego emprender el vuelo y establecerse junto a su mujer. Entonces empezaron a sumarse los éxitos, entre ellos, para algunos entendidos, la creación de la minifalda. En 1964 lanza una colección de faldas muy cortas, inspiradas en lo que por entonces se entendía como la era espacial.
Algunos especialistas en moda (entonces los había y muy buenos) compararon la colección con las ideas de Le Corbusier. Una comparación nada descabellada teniendo en cuenta que Courrèges era arquitecto de formación, además de contar con estudios de diseño textil. Pero fue en 1965 cuando presentó su colección de minifaldas y cambió de esa manera no solo las modas, sino los modos.
Courréges fue uno de los primeros diseñadores en utilizar el charol, el plástico y el neopreno en sus prendas. ¿A que les suena actual? Su frágil salud le hizo abandonar su profesión en el año 2011 y cederle el testigo a su mujer, Jacqueline, quien tomó las riendas del negocio. Courrèges ha muerto a los noventa y dos años, después de toda una vida plena al servicio de la moda, a cuya historia ya pertenece.