Rocío Porres: Pasión por las piedras preciosas

Lleva una década al frente de su firma en una ciudad, Sevilla, que ha sabido entender su manera de crear. Pero ahora Rocío Porres ha dado un giro a su estilo con el protagonismo de las piedras preciosas.

 

 

 

 Rocío Porres es conocida por sus peculiares diseños de complementos coloristas. Enormes collares, chispeantes pendientes, pulseras distintas con el sello de esta artista que un día decidió no quedarse varada en el tiempo. Entonces optó por darle un vuelco a su firma y crear incluso un nuevo logotipo en la figura de un girasol. En su búsqueda continua de luz para sus piezas empezó a estudiar gemología con Luis Recasens. Ese fue el detonante para que ahora sea una apasionada de esta ciencia y anime a la gente a que se familiarice con ella, aunque solo sea para evitar ser engañada. “La talla de las piedras es tan importante como su calidad. Es como el jamón, que si no está bien cortado no está tan bueno. Estoy empeñada en dar a conocer al público la cantidad de piedras maravillosas que existen y que pasan inadvertidas por falta de información. Hay una gran confusión hasta el punto de que se ignora que las piedras son todas preciosas, el término semipreciosas se utiliza para amortiguar el golpe, aunque lo importante de verdad es la calidad de la piedra”. Además, Rocío Porres acaba de estrenar local, una casa en la calle Archeros, 19, en pleno barrio de Santa María la Blanca, donde conjuga vivienda, taller, tienda y exposición permanente.

 

Aprender gemología

“Dedico todo mi tiempo a mi trabajo y en estos momentos estoy muy centrada en divulgar la gemología a través de mis diseños. Hay piedras espléndidas como la turmalina de Paraíba, que es una región de Brasil; el granate mandarina, la tanzanita, la savorita, que es un granate verde, un verde precioso, o la espinela roja, que se extrae de la misma mina que el rubí, aunque también las hay azules como el zafiro. Todas aquellas personas interesadas en la joyería deberían aprender gemología. Es muy frecuente que te timen, incluso en la misma puerta de una mina, donde se suelen vender piedras supuestamente preciosas que luego resultan ser sintéticas. Trucos para falsificarlas hay muchos y yo lo comparo con el arte. Hay un caso muy curioso y es el de la cianita, una piedra que tiene un color parecido al zafiro  y que durante años se ha vendido como tal, incluso en joyerías muy famosas. También hay una gran confusión con la circonita, que es sintética, a diferencia del circón, que es una piedra natural con el mismo brillo que el diamante. Con la verdad se va a todas partes, pero hay gente que intenta sacar el máximo provecho y además juega con la ventaja de que el cliente suele desconocer este mundo”.

Rocío Porres es tajante al afirmar que la piedra que más le gusta y la que más favorece es el diamante. “El zafiro también, si es el auténtico, que tiene un azul espectacular. Hay quien cree que el verdadero tiene un color azul marino, cuando su tono es mucho más claro. Es un azul increíble, como el océano profundo. A la gente le gusta tener y lucir una buena joya. A la sevillana, generalmente, le encanta el coral, pero para mí una buena joya es una piedra como la turmalina de Paraíba, con un color muy semejante a las aguas del Pacífico, entre verde y turquesa. Me encantaría hacer una exposición con las diferentes piedras preciosas que existen para que la gente supiera su gran variedad y que no todo se reduce a la esmeralda, el zafiro y el rubí. Con las piedras de que dispongo monto anillos distintos a los que hay en el mercado, sobre todo los de pedida. Cojo una piedra y la monto; es decir, trabajo sobre la materia prima, que es lo que decía y hacía el maestro Cristóbal Balenciaga.  Esa manera de diseñar también la aplico en pendientes, collares, pulseras o broches, realizados, por ejemplo, de apatitos, una piedra azul, que cuando se calienta adquiere una tonalidad turquesa; de tanzanitas, esmeraldas… “.

 

Joyas de Dalí

Para Rocío Porres el mundo de los cuarzos es también muy interesante. “Hay muchas variantes, como el cuarzo con rutilo, muy semejante al oro y que al mirarlo parece que estás viendo la tierra. El cuarzo, cuando tiene inclusiones, un material atrapado en su seno, incrementa su precio por ser una rareza”.

En el giro que esta diseñadora le ha dado a su firma, se incluye la realización de las joyas de Dalí, encargo de la Sociedad de Dalí en Suiza. “El artista catalán dejó pintadas una serie de joyas, para las que busco las piedras en Alemania y cuyas piezas se elaboran cerca de Milán, con el objetivo de hacer una serie de exposiciones una vez concluido el trabajo. Por otra parte y con la llegada de la crisis empecé a hacer piezas de bronce. Las hago en cera y luego las fundo en Madrid, porque me funciona muy bien. Son principalmente pulseras, diademas de novia, peinecillos y una futura colección para novias y flamenca. Mi nuevo logotipo, el girasol, estará presente, por ejemplo, en las hebillas de los cinturones. De esta línea he dejado de hacer piezas únicas con la idea de venderlas a otras tiendas y al extranjero. Espero que la gente siga aceptando mis diseños como hasta ahora. He sido profeta en mi tierra y tengo que darle gracias a Dios. Mis gemelos de hombre ha sido mi diseño más vendido. Al principio los hacía en oro y luego en plata, más asequibles. Ahora lo podrán encontrar en este material con mi nuevo logo, el girasol, que espero que me siga dando suerte”.