Pañuelos flora y fauna de Salvatore Ferragamo

El pañuelo es más, mucho más que un complemento. Es un acompañante solícito, entregado y siempre a punto para cerrar cualquier trato. Lo anudas, lo desanudas, te lo pones en la cabeza si llueve o hace viento y simplemente lo posas sobre los hombros, con mimo, como el que tiene entre manos un objeto de gran valor. Dicen los psicólogos que un pañuelo nos acompaña, nos da seguridad y ese aplomo a veces tan necesario.

El otro día lo comentábamos en una tertulia espontánea en la red social Instagram. Una de las más activas usuarias decía que siempre había que ir con un pañuelo, al cuello, a la cabeza… Puesto de cualquiera de las formas posibles, sería un destacado invitado al festín de la vida. De la vida diaria, que es donde los festejos tienen que ser mejor recibidos. No hay necesidad de celebrar sólo lo que el calendario indica en rojo.

Pensando en esa «tertulia» virtual vienen hoy a mi blog telademoda.com estos pañuelos de Salvatore Ferragamo. Flora y fauna se podría titular la colección. Son pañuelos de seda de empaque con unos estampados que invitan a rodear cuellos, envolver peinados o llevarlos en el bolso para cualquier eventualidad. Es una interpretación libre del Arca de Noé y de una fauna urbana que impone su criterio en la ciudad.

Hay flores grandes o diminutas, en un modelo clásico del pañuelo de siempre adaptado a los tiempos actuales. Pero son sus colores, la vitalidad que emanan, lo que nos hacen prendarnos de ese complemento directo que Salvatore Ferragamo nos pone a mano. Un pañuelo conforma a veces un poderoso vínculo con su propietaria. La acompaña, de muy buenas maneras, a ir atando una a una todas sus vivencias cotidianas.