Paco Cerrato: «No hay nada más cursi que una mujer bien peinada»

«Vengo de familia de peluqueros», dice muy orgulloso Paco Cerrato, un profesional con una larga y sólida trayectoria en el mundo de la peluquería y el estilismo. Sus años de bagaje le permiten decir a boca llena esa frase que le enseñara su maestro, José María López Valladolid: «no hay nada más cursi que una mujer bien peinada».

«Soy de San José de la Rinconada y empecé en esta profesión hace treinta años. Estudie con José María López Valladolid, amigo de mi familia, y luego me fui a Barcelona a perfeccionarme. Me quedé en Cebado Internacional y a los siete años me volví a Sevilla». Entonces montó su primer salón en la calle Juan Sebastián Elcano. Tenía treinta metros cuadrados y le acompañó en aquella aventura empresarial su hermana Lola, quien tras casarse la sustituyó su otra hermana, Pilar. «Por aquel entonces tuvimos la oportunidad de presentar a  una de nuestras clientas, Raquel Revuelta, al concurso de Miss Andalucía Occidental, al que siempre estuvimos muy vinculados. Como veníamos de Barcelona teníamos mucho público; era una especie de garantía de profesionalidad.  Mientras, seguíamos asistiendo a congresos de moda. Trabajábamos con L’Oreal y cuando Raquel Revuelta montó su Agencia quiso contar con nosotros para todos sus apartados de moda».

Moda personalizada

Paco Cerrato, que no ha parado en toda la Feria de Sevilla de conjugar trabajo y diversión, y que ha salido en todos los papeles acompañando a guapas famosas, es un apasionado de su profesión y de la vida. » Llevo diez años con un grupo creador de París que se llama Modhair. Aprendo nuevas técnicas que, evidentemente, luego aplico en mi salón de Sevilla, de la calle Monte Carmelo, pero además hace un año empecé a colaborar con ellos en las pasarelas de alta costura parisinas. Me considero una persona afortunada, sobre todo en estos momentos tan delicados. Tengo  trabajo cada día y hago una moda personalizada. Estudio a cada cliente y le adapto las tendencias. Para mí ésta es la diferencia entre  una moda personalizada, realizada por un profesional, y una moda de supermercado, que viene a ser el todo vale. Desgraciadamente, vivimos una época en la que se antepone lo malo a lo exquisito, pero no hay que bajar la guardia; por el contrario, lo que hay que hacer es trabajar mucho más, porque también hay mucha gente que valora la labor de un profesional. De todas formas, en tiempos difíciles hay que dar más información, mimar al público en el salón, sabiendo que si el trabajo no me va a salir al 90% perfecto, no lo hago».

Para este estilista, que en su cosmopolitismo se siente orgulloso de ser de pueblo, la moda no ha evolucionado. «Ahí hay un error o una malainterpretación. Yo creo que quienes  nos vamos reciclando somos los profesionales, cada uno en su sector. Somos nosotros los que les vamos dando otras formas a las tendencias y las vamos ajustando a las nuevas maneras de vivir, de llevar las cosas, de experimentar las ideas».

¿La cana es bella?

Ante esta reflexión le pregunto a Cerrato acerca de la guerra que el mundo de la belleza ha emprendido para acabar con los prejuicios de las canas, muy en la línea de la actual campaña contra la tiranía de las tallas mínimas. Abanderada por el peluquero Michael Meyer, Cerrato se muestra tajante en este sentido. «La cana no es bella. Siempre he dicho que la cana envejece,  sobre todo a una mujer de treinta y cinco años, porque la cana es seca, amarilla, deslucida. En cambio, es muy elegante en una señora de setenta años. Le suaviza las facciones y la hace incluso entrañable. Hay que tener en cuenta que los colores del cabello no tienen que ser rotundos, como los de unos zapatos, entre otros factores porque endurecen las facciones; deben tener matices de distintas tonalidades. De todas formas, vivimos un momento en que la naturalidad está en alza. Han vuelto los barros y la henna de las moras, que no cubren las canas, sino que las matizan y entonces no se ven tan marcadas. Este tipo de productos los ponía yo hace años, cuando venía de París. Ahora vuelve lo fresco, la natualidad, porque lo sofisticado no se lleva. En estos momentos la mujer es más informal, más práctica y le gusta vivir intensamente, así que bien peinada rechinaría. Es cuando se puede decir con más conocimiento de causa esa sentencia de mi maestro de que no hay nada más cursi que una mujer bien peinada. Por eso nuestra obligación como profesionales es hacer una moda para la vida de hoy».

Arreglarse en casa

Sorprende Paco Cerrato cuando le cuenta a la periodista su filosofía profesional. «Lo que tenemos que hacer es no obligar a la gente a que vaya continuamente a la peluquería. Nuestro deber es hacer  buenos cortes y aplicar tintes naturales para que luego se puedan arreglar el cabello en casa. No hay que obsesionarse con el cuidado del pelo. Lo importante es tener los productos adecuados: un buen champú, una mascarilla, cera, o serum».

Cerrato, que también colabora en el programa «Moda a la vista» de la televisión municipal sevillana, dice que los trastornos psicológicos afectan al cabello, preferentemente en primavera y otoño. «En esas estaciones el pelo se debilita y se cae y es cuando el profesional debe aconsejar a la clientela».

Pero mientras tanto, Cerrato nos informa de lo que se lleva esta temporada. A saber: los cabellos con volúmenes y el pelo corto. «Vuelven las formas y las capas son muy cómodas para el verano, pero también están de moda los cortes definidos acentuando el estilo de cada persona».