Bajamos a ras del suelo y orillamos los tacones. Dicen que recordar es volver a vivir, pero sin nostalgia, porque, en este caso, la dicha no la perdemos. La recuperamos con los años. La moda es eterna y las modas, pasajeras. Lo dijo el polifacético Cecil Beaton y no puedo estar más de acuerdo con él. La moda, así, en singular, va y viene y tiene, como casi todo en la vida, un efecto pendular. Cuando he visto los zapatos masculinos femeninos de la firma Mascaró (mascaro.com) me he transportado a finales de los años setenta. Así eran mis zapatos y así serán los de esta temporada, si te apuntas a un calzado duradero y con estilo.
Los zapatos planos serán un «must»; es decir, un distintivo de la temporada, especialmente los de inspiración masculina en todas sus versiones. A saber: «loafers», «oxford» o «sleepers». Pero si nos atenemos a las propuestas presentadas por Mascaró, los reyes de la calle serán el elegante mocasín «Terry». Un diseño bicolor con detalle dorado, que rezuma clase por todos sus poros. Luego está el modelo «Fede» tipo «sleeper», con cadena o estampado monograma y el «Ashley», acordonado con suela dentada o en la modalidad de borlas. Un calzado clásico renovado con el estilo característico de la firma de Menorca, fundada el año 1918.
Mascaró, una empresa familiar que se mantiene en pie a pesar de los avatares inherentes a cualquier negocio, fue creada por dos hermanos: Pedro y Antonio Mascaró. En sus orígenes, fabricaba y comercializaba zapatillas de ballet, hasta que con los años evolucionaron hacia otro tipo de calzado. El grupo menorquín gestiona también la conocida firma Pretty Ballerinas. En estos momentos, Lina Mascaró, perteneciente a la tercera generación familiar, dirige la compañía y entre sus objetivos cuenta con potenciar la internacionalización y mantener la filosofía artesanal y de calidad de la firma, que les ha dado justa fama.